Para Dianova, empoderar a las mujeres es empoderar a la sociedad

La tercera fase de la campaña «Human Empowerment» de Dianova destaca el papel de las adicciones en la violencia contra las mujeres y hace hincapié en la necesidad de empoderar a las que se encuentran en esa situación

Empoderar a las mujeres, empoderar a la sociedad

Las mujeres que son víctimas de violencia y que tienen un problema de adicción a menudo la capacidad para buscar y recibir tratamiento se ve mermada debido a su aislamiento

Comunicado de prensa

Barcelona, 19 de noviembre de 2019 – «Empoderar a las mujeres, empoderar a la sociedad» es el lema final del corto vídeo que encabeza la tercera fase de la campaña de «Empoderamiento Humano» de Dianova.

Lanzada inicialmente el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, el  26 de junio, la campaña continua a partir del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, 26 de noviembre, hasta el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, con especial énfasis en mostrar la relación entre la violencia contra las mujeres y el abuso de sustancias.

En el vídeo de la campaña aparece una adolescente que, debido a sus experiencias negativas, se pierde en una espiral de adicción y violencia. El vídeo pretende destacar los problemas específicos a los que se enfrentan las niñas y mujeres con trastornos por consumo de sustancias, así como la importancia de su empoderamiento como herramienta para poner fin a la violencia y el estigma al que se enfrentan.

La violencia que sufren las mujeres en entornos de uso y abuso de sustancias (mayormente sexuales y en el ámbito de la pareja) no es una consecuencia del consumo en sí sino del sistema patriarcal. Aunque si existen dinámicas específicas entre el uso de sustancias y la violencia de género que deben abordarse de manera integral.

Los entornos de uso y abuso de sustancias son un espacio donde se desarrollan relaciones donde, precisamente por el mismo consumo, los mecanismos de control se ven inhibidos, se alteran los estados de consciencia o se ve disminuida la capacidad de reacción, favoreciendo a que se manifieste la violencia estructural contra las mujeres[1].

Las mujeres víctimas de violencias de pareja también pueden consumir (especialmente alcohol y ansiolíticos) para anestesiarse o disociarse como estrategia de afrontamiento a esta violencia. De hecho, las adicciones representan, después de la depresión, el trastorno más frecuente entre las víctimas de violencia.

«Los vínculos entre la adicción y la violencia contra la mujer también se revelan fuera de la esfera íntima. El uso de drogas psicotrópicas ilícitas, como la heroína, la cocaína y otras, a menudo requiere que las mujeres frecuenten entornos donde la violencia y el chantaje sexual están omnipresentes», añade Montse Rafel, directora de Dianova.

Además, las mujeres que son víctimas de violencia y que tienen un problema de adicción a menudo la capacidad para buscar y recibir tratamiento se ve mermada debido a su aislamiento.

Por estas razones, Dianova apoya todas las medidas necesarias para proteger a las mujeres con problemas de consumo y que han sufrido violencia, con el objetivo de mejorar los índices de ingreso en los centros de atención a las drogodependencias y en los servicios de protección policial e intensificar el tratamiento y seguimiento asistencial de los agresores en el sistema sanitario. Finalmente, Dianova aboga por la implementación de la perspectiva de género en el diseño y ejecución de los tratamientos, incluyendo programas que ofrecen una amplia gama de servicios adaptados a las especificidades de género.


[1] Martinez, P (2019). Uso de drogas, adicciones y violencia desde una perspectiva de género. Infonova (35) 23-34.

Un meta-análisis de 96 estudios independientes que involucraron a casi 80,000 participantes mostró que el riesgo de agresión a una pareja íntima se triplica en casos de abuso o dependencia del alcohol u otras drogas.