Tratamiento de larga duración en adicciones: pasado, presente y futuro de la comunidad terapéutica

CT "Can Parellada" (dianova España)

Es conocido que en los años 80 se produce una eclosión de centros asistenciales para drogodependientes, por la emergencia social que produjo la epidemia de la heroína. En el año 86’ se constituye la Asociación de profesionales de CC.TT. (APTCTT) que propugna un modelo de Comunidad Terapéutica profesional. Desde entonces al momento actual esos dispositivos han evolucionado hacia recursos asistenciales de calidad, ofreciendo una intervención intensiva, integral y adaptada a las necesidades del drogodependiente.

Las características del drogodependiente vienen determinadas por la conjunción en un mismo individuo de diversas sintomatologías tanto de tipo comportamental, emocional, cognitivo como social, de integración en su entorno, así como psicológico-psiquiátrico e incluso de tipo médico-somático. Es un fenómeno multicausal y multidimensional que hace necesaria la intervención holística y bio-psico-social y educativa presente en un recurso como la Comunidad Terapéutica (C.T.). Ya, hoy en día, es el único modelo de tratamiento que posibilita un abordaje amplio para dar una respuesta multifactorial que abastezca de manera simultánea la mayor parte de los aspectos a tratar en el individuo. 

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En la C.T. se aborda la problemática del individuo y su familia y/o referentes sociales que también, de forma sistémica, han sido afectados o juegan un papel en el origen y mantenimiento del trastorno/os. Todo ello bajo un enfoque integral desde la preadmisión en el dispositivo, donde el individuo ya inicia un proceso terapéutico motivacional; la acogida y deshabituación, momento en el que la persona consigue vivir sin drogas y, tras una evaluación, diagnóstico y tratamiento integral por parte del equipo interdisciplinar, logra superar sus dificultades en un entorno residencial controlado y de contención; y finalmente la inserción social, proceso de preparación para extrapolar esa mejoría a su entorno social y comunitario y pueda continuar tratando su problemática desde un recurso ambulatorio.

Hemos presenciado y sufrido en estos últimos años de profunda crisis como desde el tercer sector se han cerrado o “recortado” de forma indiscriminada dispositivos de atención sociosanitaria, entre ellos Comunidades Terapéuticas, sin que los argumentos que apoyen tales decisiones pasen por “la necesidad” o no de la existencia de estos recursos para la sociedad.

Además, esta realidad se contrapone al hecho de que el paro extendido entre la población y la falta de ocupación y recursos de la misma hacen preveer una ocurrencia de las adicciones y problemáticas asociadas por encima de las tasas observadas en el último decenio, con lo que los dispositivos de la red no pueden reducirse a los servicios ambulatorios, reducción de daños y a los programas con sustitutivos, que también han sido “recortados”.

Aún con todo este argumentarlo y a pesar de la eficacia más que evidente que a lo largo de las décadas han demostrado las CC.TT., este modelo asistencial se encuentra en peligro de extinción por varios motivos que Domingo Comas Arnau ya reflexionaba en 2011 con “Las Comunidades Terapéuticas en España: expansión y crisis”: 

  •  La gran dependencia de las decisiones políticas (que no siempre se rigen por un criterio de necesidad o efectividad) de estos recursos, todavía no integrados totalmente en la cartera de servicios de salud en muchas de las CC.AA.
  •  La dependencia de estos recursos de la financiación pública que, en momentos de crisis queda totalmente minimizada.
  •  Como anteriormente cito, Domingo Comas ya hace referencia al cambio de enfoque a raíz de la ponencia de la Comisión Mixta Congreso-Senado sobre modelos asistenciales, de la legislatura 2008/2011, donde seconsideran las adicciones como “enfermedades crónicas y recidivantes” de base genética y que sólo pueden ser “compensadas” con fármacos…se llega a afirmar que la “reinserción social” es imposible porque la biología lo impide. A partir de este momento, la CT como recurso asistencial eficaz y el objetivo final de inserción de los mismos, pasan a ser “innecesarios”. 

Por otro lado y como bien dice el título de este artículo, el tratamiento que ofrecen las CC.TT. en mayor o menor medida, es de larga duración. La sociedad actual, inmersa completamente en la cultura de la inmediatez, demanda soluciones rápidas a todas sus cuestiones. Buscamos “varitas mágicas” que nos ofrezcan resultados inmediatos. Justamente esta tendencia se manifiesta como mecanismo  generador de adicciones en esta sociedad y, a la misma vez, provoca un rechazo hacia tratamientos efectivos pero de “larga duración” como es el de las CC.TT. 

Quiero reivindicar como profesional del ámbito de las adicciones la necesidad de preservar las CC.TT. dentro de la red de asistencia sociosanitaria de España, como recurso específico, eficaz y de calidad para el tratamiento de las adicciones. Por encima de las decisiones políticas, administrativas y económicas debe primar el criterio clínico y la eficacia demostrada.

  • Esther Martos Azcutia
  • Psicóloga especialista en Drogodependencias
  • Mástr en Psicología Clínica
  • Directora Terapéutica de C.T. Can Parellada, Dianova España