Aunque es ilegal en virtud de la legislación india, la trata de seres humanos sigue siendo un problema enorme en este país – y las mujeres y las niñas pagan el precio más alto

Aunque la India es la república democrática más grande del mundo, el país está plagado por un sinnúmero de violaciones de los derechos humanos, especialmente contra las mujeres y las niñas – foto de ilustración – licencia CC
Según las estimaciones, la trata de personas en la India podría afectar a entre 20 y 65 millones de personas. En el interior del país, las mujeres y las niñas son objeto de trata con fines de explotación sexual comercial y matrimonio forzado, especialmente en las zonas donde la proporción entre los sexos está muy sesgada en favor de los hombres. Un número significativo de niños son sometidos a trabajos forzados como trabajadores en fábricas, empleados domésticos, mendigos y trabajadores agrícolas, mientras que otros han sido utilizados como niños soldados por grupos insurgentes y terroristas.
Las mujeres y niñas son también objeto de contrabando de los países vecinos con fines de explotación sexual, así como son enviadas hacia el Medio Oriente con el mismo propósito. Los migrantes indios que viajan voluntariamente a Oriente Medio y Europa para trabajar como empleados domésticos y trabajadores poco cualificados también pueden acabar en la industria de la trata de seres humanos que los lleva a situaciones de trabajo forzoso o de servidumbre por deudas.
Aunque la India es la república democrática más grande del mundo, el país está plagado por una pobreza generalizada y por la falta de una educación adecuada, lo que da lugar a un sinnúmero de violaciones de los derechos humanos, especialmente contra las mujeres y las niñas.
Esta degradación de las mujeres sancionada culturalmente se debe en gran medida a la prevalencia de la superstición, la sociedad patriarcal y el predominio de los mitos hindúes.
¿El país más peligroso para las mujeres»?
El año pasado, la India fue clasificada como «el país más peligroso para las mujeres», por delante de Afganistán, Siria y Arabia Saudita, según una encuesta de la Fundación Thomson Reuters, que encuestó a 548 expertos en seis ámbitos diferentes, entre los que se incluyen la atención sanitaria, la discriminación, las tradiciones culturales, la violencia sexual y no sexual y la trata de personas. Esta encuesta ha sido ampliamente criticada en la India, y muchos se preguntan cómo países como Afganistán y Arabia Saudita, que conceden muchos menos derechos a las mujeres, lograron una mejor clasificación. La Comisión Nacional de la Mujer del país rechazó rotundamente dicha encuesta, señalando que la violación, el acoso, la trata de personas y otras formas de violencias contra la mujer parecen haber aumentado en la India porque se están denunciando más casos, impulsados por la indignación pública.

Estudiantes protestan contra el aumento de la violencia contra las mujeres en Delhi – foto: Nilroy (Nilanjana Roy), licencia: CC
Sin embargo, es cierto que la discriminación y la violencia contra la mujer están arraigadas en la sociedad india. La discriminación comienza desde el nacimiento, donde muchas personas piensan que dar a luz a una niña es una maldición. Como resultado, los infanticidios femeninos y los abortos selectivos están muy extendidos – los activistas han estimado que ocho millones de fetos femeninos podrían haber sido causa de aborto en la última década. La discriminación continúa en la infancia, donde a las niñas indias, especialmente a las rurales, se les niega el derecho a la educación – aunque las tasas de alfabetización están aumentando, la tasa de alfabetización femenina sigue estando rezagada (65% en comparación con 82%). La discriminación sigue siendo generalizada en la edad adulta y contribuye a las diferencias salariales entre hombres y mujeres: las trabajadoras indias ganan en promedio el 64% de lo que ganan sus homólogos masculinos por el mismo trabajo y nivel de cualificación.
El Dr. B.R. Ambedkar, padre de la Constitución de la India, se pronunció en contra de la negación a la educación a las mujeres. Sin embargo, a pesar de sus derechos constitucionales a la educación, la gente sigue tratando a las mujeres como subhumanas. La historia de la India está llena de ejemplos de prácticas que son infames para las mujeres: negación del acceso a la educación, prostitución forzada, matrimonio infantil, sati (la práctica de quemar a la viuda al mismo tiempo que a su difunto marido) y venta de niñas en los mercados, etc. Todas estas prácticas han dado lugar a las violaciones de los derechos humanos que hoy conocemos.
Se están robando bebés para la mendicidad y mujeres para prostitución forzada; alrededor de 70.000 niños trabajan como trabajadores forzados en minas privadas, mientras que otros son utilizados como sirvientes domésticos después de heredar la deuda de sus padres; algunos de ellos incluso están siendo vendidos a traficantes de órganos.
Hasta hace pocos años, el problema de la trata de seres humanos pasaba desapercibido debido a la alta prevalencia de la pobreza rural. Los niños y niñas de las zonas tribales corren un mayor riesgo de ser víctimas de la trata de personas, incluidos los pueblos Kuki de Manipur y Nagas del noreste, mientras que el estado de Jharkhand y las regiones de Anantapur y Prakasam del estado de Andhra Pradesh son algunas de las zonas más propensas a la trata de personas.
Una cultura de violencia contra las mujeres
Las mujeres en la India también están traumatizadas de maneras menos obvias. Su opresión comienza casi invisiblemente. Ocurre en sus hogares, dentro de sus familias, con niñas encerradas en sus propias casas, mujeres golpeadas por sus maridos, por sus padres, por sus hermanos. Esta violencia es el producto de una cultura que otorga todo el poder a los hombres y niega los derechos más esenciales de las mujeres. Muchos de los hombres desprecian a las mujeres y a las niñas; ellas son entrenadas al silencio; se les dice de no tener opiniones, no argumentos, no conflictos. Su única opción es vivir una vida de silencio que lentamente erosiona el sentido de sí mismas.
La Ley de prevención de la trata inmoral que impide la explotación sexual comercial, la Ley de abolición del trabajo en condiciones de servidumbre, la Ley de trabajo infantil y la Ley de justicia de menores están en vigor en la India, pero no han dado ningún tipo de resultado. Porque se necesita más que leyes para cambiar una cultura que sirve de caldo de cultivo para la violencia contra las mujeres, la pobreza y la trata de personas. Lo que necesitamos es recuperar nuestra humanidad y abrir un debate nacional sobre esta cultura patriarcal tóxica y sus repercusiones.
«Porque ser libre no es deshacerse de las propias cadenas, sino vivir de una manera que respete y mejore la libertad de los demás» – Nelson Mandela.
Fundada en 2014, Angels in the Field es una organización humanitaria de base sin fines de lucro dedicada a promover el bienestar y una transformación duradera de los estratos más vulnerable de la comunidad en la India. La organización atiende a niños, familias y comunidades que viven en la pobreza y la injusticia, independientemente de su religión, casta, raza, etnia o género. Angels in the Field es miembro de la Red Dianova
Sitio web: https://angelsinthefield.org/