Manifiesto en favor de las comunidades terapéuticas

CND61

Esta declaración conjunta fue entregada a las Naciones Unidas y leída en la sesion plenaria de la Comisión de Estupefacientes en Viena

 

Este manifiesto representa la voz conjunta de más de 900 organizaciones no gubernamentales que operan en 82 países y tratan a más de 700.000 personas afectadas por las drogas cada año.

Todos trabajamos guiados por el mismo sueño: heredar un mundo mejor para las generaciones futuras, profundamente enraizado en los derechos humanos y con poblaciones más cohesivas y saludables. La reducción del problema mundial de las drogas es crucial para lograr esta misión.

Desafortunadamente, hoy en día cinco de cada seis personas con trastornos por uso de sustancias no tienen acceso a tratamiento (1). Las oficinas de la ONU, los Estados Miembros y la sociedad civil están haciendo esfuerzos enormes para prevenir y tratar los trastornos por consumo de drogas, pero aún queda mucho por hacer.

Los trastornos por uso de sustancias constituyen un importante problema de seguridad y salud pública en todo el mundo. Son trastornos multifactoriales asociados con una variedad de condiciones de vulnerabilidad individual y factores sociales como la pobreza, la exposición a la violencia y la exclusión social.

Las Normas Internacionales para el Tratamiento de los Trastornos del Uso de Drogas (2) sugeridas por Naciones Unidas recomienda enfoques integrales y equilibrados para la reducción de la demanda de drogas, sugiriendo intervenciones basadas en evidencia y derechos humanos, como programas de sensibilización y de tratamiento ambulatorio y residencial. Las comunidades terapéuticas son uno de los abordajes más comunes y ampliamente disponibles.

Las Comunidades Terapéuticas se basan en un modelo de comunidades de aprendizaje donde el objetivo, desde un enfoque biopsicosocial, no es solo la abstinencia, sino también, a través de un proceso de cambio continuo y multidimensional, el paso hacia una mejor funcionalidad y calidad de vida en varios niveles como salud física y mental, vivienda, empleo, participación social o cuidado del medio ambiente. También permiten evitar la transmisión intergeneracional de conductas adictivas.

Las Comunidades Terapéuticas están adaptadas para brindar asistencia a grupos específicos como mujeres, niños, personas con VIH y otras enfermedades, trastornos mentales, delincuentes o minorías étnicas, con un personal que combina alta profesionalidad, vocación de servicio y amor por las personas.

Invitamos a las Naciones Unidas y a los Estados Miembros a promover tratamientos que aborden las múltiples áreas de la persona, involucrando a las familias y otras redes sociales, con programas a largo plazo y servicios de post-tratamiento para lograr una integración efectiva en la sociedad. Asimismo, le invitamos a revisar los últimos resultados científicos en modelos como Comunidades Terapéuticas, promoviendo colaboraciones en investigación.

En algunos países, las Comunidades Terapéuticas no están lo suficientemente disponibles; por lo tanto, es posible que millones de personas adictas no pueden recibir un tratamiento adecuado. Al mismo tiempo, es necesario avanzar en la desestigmatización, demostrando a la comunidad internacional que la rehabilitación es posible siempre que brindemos la ayuda adecuada.

Fortalecer la cooperación entre los gobiernos, las organizaciones internacionales, las ONG y la sociedad civil y seguir brindando servicios a las personas de la manera más efectiva posible son ahora las piedras angulares para reducir significativamente el problema mundial de las drogas. Estamos totalmente comprometidos con eso.


  1. Informe Mundial sobre las Drogas (2017)
  2. Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y Normas Internacionales de la Organización Mundial de la Salud para el Tratamiento de los Trastornos del Uso de Drogas.