La perspectiva de género en las Américas

Declaración de Patricia Puigdevall en nombre de Dianova International en el 72° sesión de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD)

Mujer y drogas

Es fundamental garantizar el acceso al tratamiento adecuado de las mujeres que consumen drogas, pero esto no puede lograrse sin protocolos y tratamientos que tengan en cuenta el género – Photo by Matteo Badini on Unsplash

Declaración hecha en el apartado destinado a intervenciones de Observadores Permanentes ante la OEA, Organizaciones Internacionales y Regionales y Organizaciones de la Sociedad Civil acreditadas ante la Organización de Estados Americanos.

Estimados,  Presidente, Secretario Ejecutivo, miembros de la OEA, colegas de la sociedad civil y observadores:

Me llamo Patricia Puigdevall. Tengo actividad profesional en Fundación Dianova Uruguay  y en esta instancia represento a Dianova Internacional, una red de ONG presente en  20  países de 4 continentes, que  contribuyen  al  desarrollo  de  las  personas,  comunidades  y  organizaciones  a través de diferentes programas e intervenciones de carácter socio-sanitario y humanitario.

Felicitamos a los ponentes por sus exposiciones y por proximidad una felicitación especial al Dr. Daniel Radio por su nombramiento como Vicepresidente de CICAD.

Hoy Nuestra declaración está vinculada a la perspectiva de género. Les informamos que desde Dianova International promovemos activamente que se continúe incluyendo, cada vez con más fuerza,  la perspectiva de género en las políticas de drogas a nivel Regional, así como desde Naciones Unidas, de la OEA y de otros organismos multilaterales como la Unión Europea.

Nuestros aprendizajes son construidos a partir de la trayectoria de trabajo, y condicen con la evidencia científica acerca de las condiciones de desigualdad existentes en el impacto de las políticas de drogas entre mujeres y hombres. Las representaciones sociales asociadas al género, contribuyen en la reproducción de las dificultades que presentan las mujeres para acceder a los servicios de atención en drogas, invisibilizadas, cuando no, profundizadas, ante las acciones que no consideran un enfoque interseccional, es decir, la comprensión y el abordaje desde las distintas categorías de análisis: género, generaciones, ascendencia étnica racial, niveles de integración social en todas sus dimensiones.

Los hallazgos de la evidencia científica posicionan a las mujeres como población de particular vulnerabilidad en relación a los consumos de drogas. A título de ejemplo, el uso frecuente de fármacos auto administrados, según al informe mundial sobre las drogas de 2018 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) se presenta con mayor incidencia en las mujeres. Este ejemplo nos hace comprender la invisibilidad de los sufrimientos psíquicos subyacentes, invisibilidad atravesada por la lógica del estigma. Estigma que se convierte en habilitante de vulneración de derechos humanos.

Subrayamos las graves consecuencias sociales asociadas a las mujeres consumidoras atravesadas por esta lógica. Observamos que en tratamiento, hospitalizaciones y,  encarcelamientos por delitos de drogas, las representaciones sociales sobre género posicionan a las mujeres en lugares sancionables socialmente en forma desigual con los hombres.

 

Es necesaria la incorporación de la perspectiva de género en el diseño y la implementación de las políticas de drogas de forma transversal. Contar con una mayor sensibilidad a los temas de género se reflejará en el desarrollo de intervenciones adaptadas a las mujeres y  personas no-binarias.  Con una mayor focalización en intervenciones sobre violencia de género, teniendo cuenta el sufrimiento que esto genera. La perspectiva de género es necesaria, tanto en entornos solo para mujeres como en programas mixtos, por lo que es necesario una mayor formación y profesionalización en temas de género por parte de los equipos profesionales, la comprensión del género más allá de la categorización hombre y mujer,  pensando también en el colectivo LGBTIQ+.  Que los sistemas de recogida de datos desglosados por género, de los distintos observatorios,  sirvan en el monitoreo y evaluación de las intervenciones.  Una mejor coordinación entre distintos servicios gubernamentales, sin lugar a dudas, incidirá en la eficacia de las políticas implementadas.

Desde Dianova Uruguay, nos respaldamos en la estrategia nacional de drogas, reiterando así nuestro compromiso de seguir diseñando todas nuestras intervenciones desde un enfoque de derechos humanos y por tanto con una perspectiva de género, abogando por procesos de atención centrados en la persona, la accesibilidad de la atención, la reducción del estigma y la promoción, defensa y protección de los derechos humanos.  También nos comprometemos a no abandonar nunca la permanente revisión de nuestras prácticas.

Desde Dianova como organización internacional,  nos ponemos a disposición de los Estados Miembros para la creación e implementación de todas las medidas necesarias para efectivamente acabar con el estigma particularmente de las mujeres que consumen drogas. Invitamos a los Estados Miembros a implementar sobre el papel y la realidad, políticas de drogas con perspectiva de género.

Estamos satisfechos de que existan estos espacios de participación de la sociedad civil y creemos firmemente que la interacción entre estado/sociedad civil es beneficiosa si se trata de una alianza estratégica. Contemplar a una sociedad civil únicamente como agente implementador de política pública, no aprovecha las fortalezas que pueden surgir de esta interacción.

Para cerrar nos permitimos recordar las palabras dichas en el acto de apertura por el secretario general de OEA Luis Almagro sobre la importancia que ha tenido la sociedad civil en la transformación de la política de drogas, en especial en lo relacionado a derechos y atención a las personas.

Un saludo a todos y agradecer mucho vuestra atención. Esperamos compartir con vosotros en una próxima ocasión. Buen regreso a casa para todos.