Entrevista con Aldo Lale-Demoz

Aldo Lale-Demoz es Director Ejecutivo Adjunto y Director de Operaciones de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD)

Montse Rafel: ¿Tras 25 años de trabajo en ONUDD ¿qué aprendizajes destacaría?

Yury Fedotov y Aldo Lale-Demoz (UNODC)Aldo Lale-Demoz: Cambió todo. Primero el tema de la participación, de la diversidad. Todos nosotros que manejamos programas, proyectos y gente, sabemos lo importante que es contar con un grupo diverso, porque con ello siempre uno llega a trabajar mucho mejor, se vislumbran las soluciones de forma más democrática y rápida. Y esto es lo que pasó aquí.

Hoy en día verán que la sociedad civil tiene acceso a las salas, a las discusiones y que hacen intervenciones en sesiones plenarias. Hay un reconocimiento de que la sociedad civil tiene mucho que ofrecer. Pero la diversidad va mucho más que la sociedad civil. La ciencia, la academia, las organizaciones globales, interregionales, regionales, los hermanos/as de Naciones Unidas. Con la OMS, con ONUSIDA, PNUD, FAO, con agencias de derechos humanos ya hay una interacción mucho más fluida de la que había antes. Es mucho más diverso en donde se escucha más a la gente.

El resultado neto, es la declaración de UNGASS, que por más que tenga sus críticos, que no fue lo suficientemente progresista, honestamente creemos que es bastante revolucionario a lo que se llegó. Poner de acuerdo a países como España, Estados Unidos, Paquistán, Indonesia, Sudán…, es un gran logro.

Segundo, la gran diferencia tal vez es la causa de todos estos cambios. Las premisas que se daban antes ya no existen más. Yo me acuerdo perfectamente de dos cosas. La primera es que el debate se centraba en la oferta contra la demanda de drogas y viceversa y era hasta el cansancio. Antes era “Usted, si no produjera, no consumiría” y el otro decía “Usted, si no consumiera, yo no produciría”. Todo eso se acabó.

Y mismo la sociedad civil también ha tenido una evolución en este sentido. Antes también estaba muy radicalizado por una postura o por otra…

Aldo Lale-Demoz y Montse Rafel

Correcto. No es que no tengan su lógica, si no hay demanda no hay producción, pero todos sabemos que no es así. El crimen organizado produce para crear demanda. Y con todo el permiso, las adicciones, y las ganas de ingerir sustancias psicoactivas tienen orígenes milenarios. Eso no va a cambiar.

El segundo recuerdo es que cuando llegué aquí, los Estados Miembros, inclusive los grandes, creían realmente que con un par de programas y estrategias se iba a resolver el problema de las drogas. Esto también se revolucionó enormemente. La gente ahora está hablando de controlar el fenómeno, de contrarrestarlo o por lo menos de tratar de manejarlo con base en la ciencia, con base a métodos que funcionen. Sin embargo, es cierto que aún quedan algunos países que todavía tienen como lema una sociedad sin drogas. Yo prefiero siempre ser respetuoso hasta el fin del día, hasta que un país tenga como ambición tener un mundo sin drogas, mientras en nombre de esa misión no cometan abusos de derechos humanos. Además, esta evolución se ha dado considerando la diversidad que hay a nivel legal y cultural en el mundo.

Tercero, y por último, lo que Ustedes van a notar es que más que drogas oferta y demanda, el debate es sobre drogas y salud, drogas y desarrollo, drogas y derechos humanos, drogas y género, drogas y el imperio de la ley. El debate se ha vuelto más sofisticado. En mis épocas del principio, aquí venían solo diplomáticos y policías. Y hoy en día, tenemos estadísticas que nos muestran que más de la mitad de los delegados vienen de Ministerios de Salud, de Desarrollo, hay gente que tiene una formación en derechos humanos, en género…, es mucho más diverso todo y por ello obviamente el debate se va a hacer mucho más sofisticado.

En relación a la resolución de la ONU de UNGASS, ¿Qué es lo más relevante de la resolución y cuáles son los mayores desafíos para su cumplimiento?

Lo más relevante es que la problemática de las drogas, el tema de drogas se le ve bajo un enfoque de salud, sobre todo, conectando con temas de género, derechos humanos, la conexión con el desarrollo. No existe ningún documento anterior, ni siquiera en el documento de 2009, que sea tan específico en estos temas. Y Ustedes ni saben cómo nos ayuda a nosotros. Yo soy Director de Operaciones, es decir que manejo programas, proyectos de coalición técnica en 75 países. Es fantástico tener este documento que sirve para hacer cabildeo, para que las autoridades digan “nuestras licitaciones y políticas tienen que alinearse”. Eso para mí es una enorme ventaja.

Otra ventaja importante, que yo la fui promoviendo bastante antes de UNGASS, hace más de dos años, es la conexión de drogas con delito. Pienso que uno de los mejores programas mundiales de drogas sería un sistema penal que funcione bien. Antes no lo hubiésemos dicho. Venían aquí los expertos de drogas y a los dos meses teníamos una comisión del delito y venían los expertos que trabajan en temas de justicia.

En cuanto a los desafíos, hay dos grandes desde mi punto de vista. Uno es que son más de 100 recomendaciones muy buenas, muy útiles para todo el mundo pero que vinieron sin fondos. Entonces, claro, a mí, personalmente me da un poco de vergüenza cuando me encuentro en eventos promoviendo la UNGASS en África por ejemplo y la gente nos mira y nos dice “bueno, muy bien, estamos de acuerdo”. Me ha pasado que me dicen: “perdone, pero aquí las necesidades nuestras son tan grandes, que si tenemos que elegir entre cómo utilizar los pocos recursos que tenemos en salud para pacientes que tienen cáncer o para gente que tiene adicciones, en nuestro país no dudamos. Porque los adictos se lo merecen”. Todavía tenemos muchos países con ese tipo de planteamientos absolutamente horribles y erróneos. Entonces, tenemos unas recomendaciones muy buenas y sólidas, pero luego para ponerlas a la práctica es más complicado.

Lucia Goberna (izquierda) y Montse Rafel, representantes de Dianova en la CND

Estamos trabajando mucho con otras agencias de las Naciones Unidas y vamos a tener que ser mucho más inteligentes en cómo utilizamos los escasos recursos que tenemos para sacar adelante las recomendaciones.

El otro tema que, yo creo que tiene relevancia y se va a notar en un futuro, es que en los países miembros está empezando a decaer la voluntad y las ganas para poner dinero encima de la mesa para cooperación internacional. Y las ganas que quedan, se están yendo, poco a poco, hacia unos temas muy específicos.

Hoy en día yo lo veo porque manejo un presupuesto bastante grande, casi 300 millones de dólares por año. Veo que los fondos vienen para activar, para promover la cooperación internacional en temas de interés del momento, como pueden ser el tráfico de migrantes, combatir el terrorismo, la corrupción, el ciber-delito… Pero no estoy viendo ningún apetito, de dar dinero específicamente para promover la salud, la prevención en un país como Sudán o Burundi. Por suerte, afortunadamente en buena parte de América Latina, Asia central, el Sud-Este asiático hay suficiente reconocimiento en invertir fondos nacionales para eso. Pero en otras partes no.

Como Presidente del Grupo Asesor en Derechos Humanos de la ONUD, ¿cuáles son los temas más preocupantes que hay sobre la mesa en la actualidad?

Representantes de la UNODC en un diálogo informal con la sociedad civil

Es para mí un tema muy complicado. Obviamente, todo el mundo sabe que trabajamos en muchos países con muy serios desafíos en temas de derechos humanos. Nosotros no tenemos ningún mandato de hacer cumplir la Carta de Derechos Humanos. Esto es competencia de otra agencia amiga y hermana nuestra, pero yo sí creo que tenemos la obligación de promover los derechos humanos en el contexto de nuestros programas, sobre todo aquellos que tienen que ver con la reforma de la justicia penal, inclusive con el desarrollo sostenible, desarrollo alternativo, y ni hablar del tema de salud, prevención y tratamiento, sobre todo.

Ese siempre es un equilibrio en el que nos preguntamos “¿qué hacemos, nos quedamos aquí y promovemos los derechos humanos o simplemente cerramos el escaparate y nos vamos?”. Y cuando llegamos a esa conclusión, preferimos quedarnos y hacer un trabajo detrás de las bambalinas.

Y no quiero ser, en este momento, muy triunfante, pero estamos logrando cosas en Vietnam, Paquistán. Ni hablar que en el propio Irán sabemos que, en este momento, hay un debate en su parlamento, por lo menos para reconsiderar la pena de muerte en delitos que tienen que ver con drogas.

Eso sí, en los países en los que trabajamos y tenemos programas, estamos constantemente monitoreando e implementando un sistema de vigilancia, de riesgos y de cómo mitigar estos riesgos. Y todo eso porque tenemos afán, y preferimos progresar cuando podemos.

La verdad, es que desde Dianova y la sociedad civil es un gusto que personas como Usted nos representen. Es una bocanada de aire. Así que muchísimas gracias!

A Ustedes como representantes de la sociedad civil, le quiero dar las gracias por el apoyo y por continuar en el frente.  Así que sí, las cosas están cambiando y todavía queda mucho por hacer, pero amigos de la sociedad civil, sigan presionando.

Entrevista realizada en el marco de la 60º periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes (Viena, del 13 al 17 de marzo de 2017) por Montse Rafel, Directora General Dianova International y Lucía Goberna, responsable de Relaciones Internacionales

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