El individualismo como barrera a la Reforma sobre las Drogas

Entender que el individualismo es tanto una herramienta como una declaración objetiva de hechos, es esencial a la hora de decidir qué política sobre drogas adoptar

Individualismo

Los trastornos por consumo de sustancias se deben en parte a factores socioeconómicos y genéticos, cosas sobre las que no tenemos control. Esto crea un problema con respecto a la responsabilidad personal. ¿Quién causó el problema? ¿Quién debería arreglarlo? – Imagen: Shutterstock

El determinismo y el enfoque sobre salud y derechos humanos

En la actualidad, la comunidad científica y las organizaciones de la sociedad civil entienden que la adicción a las drogas es un problema de salud complejo, crónico y multidimensional que puede ser agravado por las condiciones socioeconómicas. Estos trastornos se pueden entender y tratar y no son el resultado de comportamientos inmorales o criminales. Incluso en los casos más graves de abuso de sustancias, los pacientes pueden recuperarse si se les proporciona un acceso adecuado a programas de tratamiento basados en evidencia y servicios de reinserción social y de rehabilitación.

También se reconoce que abordar el asunto desde la perspectiva de la justicia penal no solo es ineficaz tanto en la prevención como en la reducción de los efectos de los trastornos de abuso de sustancias, sino que también es contraproducente, creando un círculo vicioso de dependencia y encarcelamientos. La correlación entre los factores neurológicos, genéticos y socioeconómicos y el riesgo de abuso de sustancias son variables que están fuera del control del individuo y, por lo tanto, no pueden tratarse de forma eficaz con medidas correctivas.

Esto puede parecer lógico, quizás incluso obvio para algunos, sin embargo, tiene implicaciones significativas. Cuanto más descubre la ciencia sobre el funcionamiento de nuestro cerebro, sobre la influencia de nuestros genes y el impacto de los factores ambientales en el desarrollo y el comportamiento humano, más se debilita el concepto de libre albedrío y el de individuo. Esto, a su vez, pone en peligro el concepto del sistema de justicia penal y los fundamentos lógicos y éticos para criminalizar ciertos tipos de comportamientos más allá de los ámbitos de la disuasión y la protección social.

Individualismo

El individualismo se ha integrado en la conciencia occidental durante cientos de años a través de la religión, el humanismo y la ideología liberal. Se pueden encontrar referencias a la pureza o la santificación del individuo en textos religiosos, en convenios sobre derechos humanos y en constituciones nacionales, que son el fundamento de las sociedades democráticas capitalistas. El liberalismo, en su esencia, santifica la libertad y el valor innato del individuo, – el votante, el consumidor, el ciudadano, el libre albedrío, etc. – y con él una responsabilidad con nosotros mismos y con la sociedad.

 

Ignorar el determinismo es ignorar la evidencia científica; y hace que el peso de la responsabilidad recaiga firmemente sobre las personas más vulnerables. Esto no significa rechazar el concepto de responsabilidad individual; si no que podría tener un valor de verdad metafórica en vez de objetiva. O, dicho de otro modo, un principio fundamental en vez de un factor clave de la política.

Si se reconociera que un factor o una combinación de factores neurológicos, genéticos y socioeconómicos hace a las personas más vulnerables a la adicción, factores fuera del control del individuo, entonces también se debería reconocer que el tratamiento de la adicción debe enfocarse en estas tres áreas. A esto lógicamente le sigue la idea de que la variabilidad en estos mismos factores hace a las personas menos vulnerables a la adicción. Por lo tanto, es lógico suponer, apoyándonos en pruebas, que despenalizar el uso y la posesión de drogas tendrá poco efecto en el índice de consumo, al tiempo que permitirá a las personas más vulnerables buscar ayuda con mayor libertad.

Puntos en común

El individualismo está integrado en nuestra cultura y es la mejor forma de conceptualizar los derechos otorgados a los ciudadanos. Sin embargo, necesitamos revaluar nuestro concepto de individualismo, su relación con la sociedad y cómo debemos actuar. El reconocimiento de que los seres humanos somos básicamente animales deterministas tiene que significar que las políticas, especialmente las políticas sobre drogas, necesitan reflejar esto hasta cierto punto a la vez que mantienen los derechos del individuo.

Esto podría parecer insignificante u obvio para algunos, sin embargo, es importante señalar que esta posición debilita por completo la lógica de asignar la culpa a personas con problemas de adicción y la consiguiente criminalización de esas acciones.

Para discutir el castigo, sería necesario hacerlo desde una perspectiva social; en términos de prevención y cooperación grupal, en vez de a nivel individual; en términos de tratamiento y rehabilitación.

Lo bonito de la comprensión científica, en este caso, es que refuerza nuestra condición de individuos al reconocer la importancia de nuestro conjunto único de circunstancias. Sin embargo, al mismo tiempo, aumenta nuestra comprensión de la condición humana, nuestras similitudes y nuestras vulnerabilidades compartidas. Una reconceptualización del individualismo y una comprensión más plena del determinismo son claves para facilitar la reforma de la política sobre drogas que beneficie tanto al individuo como a la sociedad; y también establece un camino claro y lógico hacia una política de despenalización.

Fuentes