El mundo está conviviendo con el SIDA desde hace más de un cuarto de siglo. En estos veinticinco años, la evolución de la enfermedad ha ido variando, según los países y las regiones del mundo.
Durante la última década, los ciudadanos de los países ricos están menos preocupados por la enfermedad, a causa del éxito de los tratamientos. La consecuencia es que disminuyen las acciones de prevención y muchas personas ya no sienten la necesidad de protegerse con el preservativo.
Hoy en día, las personas con VIH pueden llevar una vida perfectamente normal, gracias a la notable eficacia de los nuevos tratamientos, la famosa «triterapia». Pueden trabajar, amar, y por qué no tener hijos sanos.
Lamentablemente, lo que bloquea los esfuerzos en materia de prevención es este éxito. Se piensa: «¿por qué privarme? Pase lo que pase, tengo que tomar tres pastillas al día y viviré una vida saludable hasta el final de mis días.» Con este tipo de razonamiento se producen decenas de miles de nuevas infecciones cada año
Nuestra lucha no ha terminado. Se deben renovar los esfuerzos en materia de prevención y hay que decir enfáticamente que la triterapia no es una panacea y que todavía se desconocen sus efectos a muy largo plazo. Tenemos que reducir el número de personas que son VIH positivo y no lo saben y poner en marcha una política de detección en los grupos de mayor riesgo.
Por último, deberíamos estar más preocupados por lo que sucede más allá de nuestras fronteras, porque todavía hay una mayoría de países, donde el SIDA se alimenta con la vergüenza, el miedo y los prejuicios. Tal es el caso de algunos países del África subsahariana, o de la India, donde la pandemia está en pleno crecimiento y donde los charlatanes venden curas milagrosas hechas de orina de vaca!
En los países pobres, más de tres millones de personas reciben tratamiento contra el SIDA, sin embargo siete millones aún están esperando. Por lo tanto, hacemos un llamamiento a la solidaridad de todos los países para ayudar a la humanidad, porque acabar con el SIDA, es un deber de todos.