Bolivia se retira de la Convención Única

Bolivia va a retirarse de una convención internacional sobre los estupefacientes, en protesta por su clasificación de la hoja de coca como una droga ilegal. El presidente Evo Morales, quien también es el líder de uno de los principales países productores de coca ha pedido al congreso que apruebe una ley que permita a Bolivia retirarse de la convención de 1961 de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes, la Convención Única.

Según el gobierno, la convención contraviene la Constitución boliviana que establece que el país está obligado a preservar y proteger la masticación de la hoja de coca como patrimonio cultural y practica ancestral.

Bolivia siempre ha sostenido que la coca, en su estado natural, no es una droga ilícita. La planta está legalmente producida en el país con fines medicinales y tradicionales. Un intento internacional  para eliminar la masticación de la hoja de coca de la lista de la ONU fracasó en enero de 2011; por lo que el gobierno quiere ahora retirarse de la Convención.

En el marco del proyecto de ley, que ya ha pasado la Cámara de Diputados y es probable que pase en el Senado, donde el partido de Morales tiene una mayoría de dos tercios, Bolivia mantendrá sus obligaciones internacionales en la lucha contra el tráfico de drogas. El Ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, dijo que el país podría volver a adherir a la Convención el año próximo, pero con una reserva: que se le permita a consumir la hora de coca legalmente.

«Esto es un intento de mantener la practica cultural e inofensiva de la masticación de la hoja de coca y de respetar los derechos humanos, pero no solo de los indígenas, ya que esta es una práctica antigua que pertenece à todos los Bolivianos » declaró Choquehuanca.

Algunos políticos de la oposición argumentan que el gobierno está dando por perdida la batalla contra los traficantes. «A nivel internacional, estamos dando una mala imagen de nuestro país», dijo el congresista de la oposición Mauricio Muñoz. «Habrá consecuencias desastrosas e irreversibles para Bolivia. Creemos que abandonando la lucha contra los traficantes, el presidente está tomando un camino equivocado”.

Bolivia es el tercer productor de coca en el mundo y una gran parte se desvía para la fabricación de la cocaína para los mercados brasileño y europeo. Sin embargo, aunque recientemente admitió que el cultivo de coca ha crecido en el país, Bolivia sostiene que no puede derrotar a los traficantes de drogas sin una reducción en el consumo de cocaína en el oeste.

La red TNI/WOLA apoya la decisión boliviana

«El Transnational Institute (TNI) y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) expresan su plena comprensión y apoyan la decisión adoptada por el Gobierno del Morales, que cuenta con la aprobación del poder legislativo boliviano. Tras el rechazo a la modificación de la propuesta, Bolivia no tuvo otra opción que retirarse de la Convención, dada la necesidad de conciliar la nueva Constitución de 2009 del país con sus obligaciones adquiridas en virtud de los tratados internacionales. La Constitución permite un margen de cuatro años durante el cual el Gobierno “denunciará y, en tal caso, renegociará los tratados internacionales que puedan ser contrarios a la Constitución”.

«De acuerdo con la Constitución de 2009: “El Estado protege a la coca originaria y ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social; en su estado natural no es estupefaciente. La revalorización, producción, comercialización e industrialización se regirá mediante la ley” (artículo 384). Martin Jelsma, director del programa Drogas y Democracia del TNI, señala: “Las restricciones impuestas por la Convención Única sobre la hoja de coca y sus usos tradicionales, en ausencia de cualquier evidencia de su peligrosidad, fueron un error histórico y una violación de los derechos de los indígenas”.

«El otro proceso disponible establecido en la Convención para corregir este error -aparte de la enmienda que ya fue rechazada- es una revisión de la clasificación de la hoja de coca por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Bolivia considera que el resultado de dicho procedimiento podría ser demasiado largo para cumplir con el plazo constitucional de cuatro años.

«Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que exprese su comprensión y apoyo a la decisión adoptada por el Gobierno boliviano. Otros países con conflictos legales similares con respecto al estado de la hoja de coca, como Perú, Colombia y Argentina, podrían seguir el ejemplo de Bolivia y/o promover el inicio del anhelado proceso de revisión de la OMS.»

Texto de la Convención Única de 1961 sobre estupefacientes