Las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en los tratamientos de adicciones debido al estigma y al miedo a las repercusiones legales y sociales

El estigma social y la discriminación son obstáculos significativos para las mujeres y el colectivo LGBT+ que buscan tratamiento de adicciones – Imagen: adaptado de Shutterstock: «Promover la salud de las mujeres eliminando las barreras de género»
Por Mtra. Xochitl Mejía M.- En la actualidad, enfrentar un problema de adicciones puede ser un desafío abrumador para muchas personas. Lamentablemente, las mujeres y el colectivo LGBT+ se encuentran con barreras de género que dificultan su acceso a los tratamientos adecuados. Estas barreras, que van desde el estigma social hasta la falta de recursos específicos, exigen una atención urgente para garantizar la igualdad de oportunidades y el bienestar de todas las personas.
La infrarrepresentación en el tratamiento de adicciones
La infrarrepresentación de mujeres y el colectivo LGBT+ en programas de tratamiento de adicciones a nivel mundial es un problema ampliamente reconocido.
Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) publicado en 2022, señala que existe una brecha significativa en el acceso a servicios de tratamiento para las mujeres en comparación con los hombres. El informe destaca que las mujeres enfrentan barreras específicas, como el estigma social, la falta de servicios adaptados a sus necesidades y la falta de conciencia sobre los problemas de adicción en el contexto de género. Un ejemplo de ello son las mujeres consumidoras de anfetaminas, ya que solamente una de cada cinco accede a tratamiento por estimulantes de tipo anfetamínico, siendo que casi la mitad de los consumidores de esta droga son mujeres.
En cuanto al colectivo LGBT+, algunos estudios resaltan las dificultades que enfrentan al buscar tratamiento de adicciones. Según una revisión de literatura publicada en el Journal of Homosexuality en 2019, se encontró que las personas LGBT+ a menudo experimentan barreras como el estigma, la discriminación, la falta de competencia culturalmente sensible por parte de los proveedores de servicios y la falta de servicios específicos para abordar las necesidades de esta comunidad.
Las barreras de género
El bajo índice de ingreso a tratamiento para trastornos por uso de sustancias entre las mujeres y el colectivo LGBT+ podrían ser el reflejo de las barreras específicas que enfrentan. Nos referimos al término “barreras” a las razones por las cuales las personas no utilizan servicios especializados para el tratamiento de adicciones o el cambio de conductas problemáticas. Algunas de estas barreras de género son:
Estigma y discriminación
El estigma social y la discriminación son obstáculos significativos para las mujeres y el colectivo LGBT+ que buscan tratamiento de adicciones. Las personas a menudo enfrentan juicios y prejuicios basados en su género u orientación sexual, lo que puede llevar a la ocultación de sus problemas de adicción por miedo a ser estigmatizadas o discriminadas. Esta situación crea vergüenza y culpa en la persona por lo que pedir ayuda deja de ser una opción para evitar el castigo y rechazo social.
En repetidas ocasiones, las mujeres siguen siendo vistas como las únicas proveedoras del cuidado del hogar y la crianza, por lo que la familia o pareja se convierten muchas veces en las principales opositoras al inicio o mantenimiento de un tratamiento, a diferencia de los hombres, a quienes, aunque “no se les aplaude” su consumo, generalmente la familia o pareja les suele brindar el apoyo necesario para que inicie un proceso de rehabilitación.
Falta de recursos específicos
La falta de recursos específicos para las necesidades de las mujeres y el colectivo LGBT+ es otra barrera de género importante. Muchos centros de tratamiento carecen de programas y servicios adaptados a estas poblaciones, lo que limita las opciones de atención disponibles. Es esencial contar con espacios inclusivos y profesionales capacitados para abordar las adicciones desde una perspectiva de género y orientación sexual.
Además, la carencia de recursos adaptados a las necesidades específicas de las mujeres tales como; guarderías, ambiente adecuado para la estancia de recién nacidos o infantes, asesoría y apoyo legal en temas de custodia de los hijos e hijas, dificultan el mantenimiento de las mujeres en el tratamiento.
Brecha de género en la investigación y la atención
Históricamente, la investigación y la atención médica se han centrado en gran medida en los hombres, lo que ha llevado a una brecha de género en el conocimiento y los enfoques de tratamiento para las adicciones. Esto ha dejado a las mujeres en desventaja al buscar ayuda. Además, la falta de datos y estudios específicos sobre las adicciones en el colectivo LGBT+ dificulta la comprensión de las necesidades particulares de esta comunidad y su acceso a tratamientos efectivos.
Factores socioeconómicos
Las barreras económicas también desempeñan un papel importante en el acceso a los tratamientos de adicciones. Las mujeres y el colectivo LGBT+ a menudo enfrentan desigualdades económicas y dificultades financieras que pueden limitar su capacidad para acceder a servicios de tratamiento de calidad. El acceso a programas con cobertura sanitaria que cubran los tratamientos de adicciones es fundamental para garantizar que todas las personas, sin importar su género u orientación sexual, tengan la oportunidad de recuperarse.
Falta de conciencia y educación
La falta de conciencia y educación sobre las adicciones en el contexto de género y orientación sexual contribuye a la perpetuación de las barreras de acceso. Es fundamental promover la sensibilización y la educación tanto en la sociedad como entre los y las profesionales de la salud, para que puedan comprender y abordar de manera adecuada las necesidades específicas de las mujeres y el colectivo LGBT+ que luchan contra las adicciones.
La falta de sensibilidad y capacitación por parte del proveedor de servicios contribuye a la retraumatización y doble estigmatización de las mujeres y colectivo LGBT+, por lo que los servicios se convierten en lugares poco seguros y confiables, de modo que es impensable una rehabilitación en un entorno como este.
Por todo lo antes mencionado, es necesario seguir trabajando en garantizar la igualdad de oportunidades y el acceso equitativo a los tratamientos de adicciones para todas las personas, independientemente de su género u orientación sexual, es esencial para construir una sociedad más justa y empática. Solo a través de un enfoque inclusivo y centrado en la igualdad podremos superar estas barreras y brindar el apoyo necesario a quienes luchan contra las adicciones.
- Dustin Z. Nowaskie & John S. Sowinski (2019) Actitudes, prácticas y conocimientos de los proveedores de atención primaria en el tratamiento de las comunidades LGBTQ, Journal of Homosexuality, 66:13, 1927-1947, DOI: 10.1080/00918369.2018.1519304
- Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito [UNODC] (2022a). Informe Mundial sobre las Drogas 2022.