Un artículo de María de los Ángeles Lobos Palacios pone de relieve los vínculos entre la violencia contra las mujeres, los trastornos del humor y el uso problemático de drogas entre las mujeres chilenas
La violencia contra las mujeres no es exclusiva en América del Sur, pero este problema es particularmente grave y generalizado en todos los países de América Latina. En Chile, por ejemplo, las mujeres sufren con frecuencia de violencia intrafamiliar, independientemente de su clase social.
Según un estudio realizado por el Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) (1) en 2004, la mitad de las mujeres casadas han sufrido violencias físicas o psicológicas de sus parejas. Los factores económicos (como la pobreza), culturales y sociales, que son las causas directas de esta violencia; contribuyen a mantener las mujeres en un estado casi de sumisión. Por ejemplo, para el Código Civil chileno, hasta 1989, la mujer era ‘la propiedad de su marido y bajo su autoridad’ Es algo difícil de superar en términos … de incitación a la violencia.
La cultura del patriarcado es un obstáculo para el desarrollo de Chile: de acuerdo con un estudio de 2011, sólo el 43% de las mujeres chilenas tienen un trabajo remunerado (frente al 75% en los EE.UU.); Además, la violencia intrafamiliar contra las mujeres, que son la consecuencia de esta cultura, afecta al conjunto de la sociedad chilena. Se estima que son responsables de una pérdida de productividad económica de alrededor del 2% del PIB – sin considerar los costos asociados con el impacto emocional a largo plazo de este tipo de violencia.
Para todas aquellas que son víctimas, la violencia intrafamiliar aumenta en gran medida el riesgo de desarrollar trastornos de salud mental, incluyendo síntomas como la depresión o el consumo problemático de drogas, como lo pone de relieve un artículo de María de los Ángeles Palacios Lobos psicóloga y directora del centro de tratamiento ambulatorio Dianova Viña del Mar, en Chile.
(1) El Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género (SernamEG) se ocupa del tratamiento de los casos de violencia doméstica. SernamEG desarrolla programas de prevención y de ayuda. En todo el país existen oficinas que se encargan de proporcionar un apoyo legal y terapéutico para las víctimas de violencia intrafamiliar.
Extracto del artículo de María de los Ángeles Lobos Palacios
«Particularmente las mujeres que utilizan drogas están expuestas a mayor violencia que los hombres. El estigma social -violencia simbólica- que recae sobre ellas, por trasgredir los roles tradicionales asociados al estereotipo de género (buena madre-esposa), es mayor. En el ámbito judicial por ejemplo, ante un caso de violencia sexual se excusa a los maltratadores que usan drogas, siendo éstas un atenuante para su accionar, mientras que para las mujeres son agravantes; opera la clásica asociación que vincula el alcohol u otras drogas a la virilidad en los hombres, siendo que en las mujeres se asocia a promiscuidad (aumentando el riesgo de agresiones sexuales). Asimismo reciben violencia institucional por parte de los Tribunales de Familia y dispositivos de infancia, los que son altamente maltratadores con las mujeres que son madres y utilizan drogas, lo que empeora su condición y reduce su potencial de recuperación.»
Trastornos por usos de sustancias y violencias contra las mujeres
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