Un nuevo manifiesto hace un llamamiento para que se implementen políticas de drogas para una Europa más segura, más sana y más justa
Por el equipo editorial – Las elecciones europeas de 2024 tendrán lugar del 6 al 9 de junio, fecha que varía según los países. Los cerca de 450 millones de ciudadanos de la Unión Europea deberán elegir a sus representantes en el Parlamento Europeo e influir así en el futuro de Europa. Dada la situación actual en materia de drogas y adicciones, influir en el futuro de Europa también significa elegir a quienes mejor representen los intereses de los ciudadanos mediante políticas de drogas pragmáticas, eficaces y justas.
Más drogas, más violencia
Según el EU Drug Markets Analysis 2024, documento publicado por Europol y el Observatorio Europeo de las Drogas (OEDT), las drogas disponibles en Europa son cada vez más variadas y de mejor calidad. Además, esta evolución del mercado de las drogas va acompañada de una mayor eficacia en el transporte de estos estupefacientes y de una «notable resiliencia frente a las crisis mundiales, la inestabilidad y los cambios políticos y económicos». Tras la pandemia del COVID-19, la invasión rusa de Ucrania y la toma del poder por los talibanes, los narcotraficantes han sabido adaptarse, diversificarse y, en algunos casos, crear nuevos mercados.
El mercado europeo de las drogas ha experimentado un aumento sin precedentes de la disponibilidad de drogas ilícitas, como demuestran la gran pureza de las drogas y la estabilidad de los precios al por menor – Alexis Goosdeel – Director OEDT
Como consecuencia, los traficantes se enfrentan a una mayor competencia para vender sus productos, lo que explica el aumento general de la violencia en Europa. Algunos Estados miembros están experimentando niveles de violencia sin precedentes, a menudo vinculados a los principales centros de distribución de cannabis o cocaína y a los competitivos mercados minoristas. Estos asesinatos, secuestros, torturas e intimidaciones de todo tipo se dirigen generalmente contra redes criminales competidoras, pero también se cobran víctimas inocentes y generan una creciente sensación de inseguridad entre el público en general.
¿Qué respuestas podemos aportar?
Ante esta situación, la primera reacción de los ciudadanos europeos sería exigir políticas más represivas tanto contra los traficantes como contra los consumidores. Perseguir a las organizaciones criminales y reducir la demanda en la medida de lo posible parecería una respuesta lógica. Sin embargo, en los últimos 50 años, las políticas de «guerra contra las drogas» aplicadas en todo el mundo han sido notablemente ineficaces. Y, sobre todo, durante mucho tiempo, esta «guerra contra las drogas» ha sido en realidad una guerra contra les personas que utilizan drogas.
Afortunadamente, la acción europea se basa ahora en otro modelo más justo. La Estrategia Europea de drogas 2021-2025 se basa en un equilibrio entre la reducción de la oferta y la reducción de la demanda, basado en pruebas de lo que funciona y lo que no funciona en términos de políticas y medidas. La estrategia europea también pide a los países de la UE que reduzcan la estigmatización de las personas que consumen drogas y promueve una mayor inversión en una amplia gama de servicios de tratamiento y reducción de daños, al tiempo que rechaza el paradigma obsoleto de un mundo libre de drogas. Por último, el enfoque europeo afirma su compromiso con el respeto de los derechos humanos, la igualdad de género y la equidad en materia de salud, al tiempo que fomenta una mayor participación de la sociedad civil.
Lo cierto es que, en materia de drogas, las ideologías tienen la piel dura, y las más dañinas no dudan en asomar sus feas narices, sobre todo en periodos electorales. Tanto más cuanto que, como muchas cosas en la UE, la estrategia europea en materia de drogas no es jurídicamente vinculante. Si bien esta estrategia representa la posición actual, los objetivos y las aspiraciones de los Estados miembros en materia de políticas sobre drogas, cada Estado miembro es libre de hacer lo que quiere.
Manifiesto para las elecciones europeas de 2024
A iniciativa de varias organizaciones, entre ellas el Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC) y Correlation – Red Europea de Reducción de Daños, el nuevo manifiesto se titula: «Por una política de drogas más segura, más sana y más justa para Europa». Más segura, más sana y más justa: estas son las tres áreas clave para el cambio que se proponen en este breve documento.
Más segura: el manifiesto pide que se ponga fin a las políticas de «guerra contra las drogas» que no han conseguido reducir ni el tamaño de los mercados de las drogas ni el poder y la violencia de la delincuencia organizada. Estas políticas, señala, han costado miles de millones gastados en vano, y son también en parte responsables de la estigmatización de las personas que utilizan drogas. El documento recomienda explorar nuevos enfoques de los mercados de la droga, incluida la regulación responsable del cannabis para combatir la delincuencia organizada.
Más sana – Ante la creciente presencia de nuevas sustancias psicoactivas, el documento pide a las instituciones europeas que den prioridad a la financiación de servicios integrados de salud y apoyo que hayan demostrado su eficacia. Las políticas europeas deben reequilibrarse: hay que pasar de la represión a la salud. Europa debe cambiar de marcha en términos de inversión y apoyo a los programas de prevención y tratamiento basados en pruebas y a todos los aspectos del enfoque de reducción de daños.
Más justa – Por último, el manifiesto subraya que el desarrollo y la aplicación de políticas de drogas más eficaces requiere la participación de las organizaciones de la sociedad civil. Son las mejor informadas sobre las nuevas tendencias de los mercados de las drogas. Son las que trabajan a diario con comunidades y poblaciones vulnerables. Por último, pero no por ello menos importante, las políticas deben contar con la participación de las personas más afectadas: las personas que consumen drogas.
Para saber más, leer el documento disponible actualmente en seis idiomas