Los derechos humanos no deben conocer fronteras
Dianova es miembro de la ONG Comité de Migración, un foro donde participan más de 50 organizaciones en estatus consultivo ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC) para alentar el apoyo y la protección de los migrantes y de sus derechos humanos en todo el mundo. Dianova trabaja de manera activa en este campo, al tiempo que desarrolla programas de ayuda humanitaria y de protección internacional para migrantes en España. En el marco del Comité, intercambiamos información, conocimiento y sensibilización sobre temas relacionados con la migración mundial. También abogamos para que se incluyan políticas de migración acordes en las cuestiones de planificación y política social de la ONU y sus estados miembros.
En la reunión del comité que se llevó a cabo a principios de este mes, tuvimos la oportunidad de escuchar los testimonios de las organizaciones que estuvieron presentes en Estambul, Turquía durante la primera Cumbre Humanitaria Mundial (CHM). El Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, convocó esta Cumbre para que los Estados pudieran reafirmar su compromiso con la humanidad y planear un proceso de cambio.
Antes de la CHM, el Secretario General emitió un informe exhaustivo en el cual acentuó la necesidad de los Estados de pasar de la gestión a la prevención de crisis, a fin de evitar situaciones en las que la gente se ve forzada a abandonar sus hogares, y de salvaguardar el derecho de cada persona a prosperar. Asimismo, Ban Ki-Moon llamó a respetar las normas del derecho humanitario durante los conflictos, a comprometerse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y a invertir en capacidades locales para disminuir el riesgo, la vulnerabilidad y las necesidades de las personas.
La impresión general que causaron en la CHM los informes de aquellos que estuvieron en el terreno no fue tan positiva como lo hubieran necesitado aquellos más afectados por las crisis humanitarias actuales. De hecho, a pesar de haber contado con la presencia de alrededor de 50 Jefes de Estado, el éxito de la Cumbre sigue siendo debatible, dado que estuvieron ausentes muchos de los estados que tienen la mayor capacidad para ayudar y para influir sobre los desafíos mundiales que están forzando a tantas personas a migrar. Alemania, por ejemplo, fue el único país del G7 que asistió a la Cumbre.
Además, la participación de la sociedad civil fue mucho menor de lo esperado dada la concentración actual de acuerdos de ayuda humanitaria vigentes en el país anfitrión de la CHM. Por último, la Cumbre no logró aportar compromisos y mecanismos de seguimiento que se puedan aplicar para abordar de manera adecuada la protección y el fomento de los derechos de aquellos afectados por las numerosas crisis humanitarias, incluyendo la situación de millones de niños, mujeres y hombres refugiados en todo el mundo.
Al parecer, en la CHM no se logró alcanzar el grado de compromiso necesario para abordar la situación actual. Sin embargo, la Cumbre resultó ser un primer paso importante para abrir el diálogo mundial sobre la responsabilidad compartida entre Estados, en un momento en el que individuos de diversas partes del mundo enfrentan cada vez más desafíos relacionados con los distintos conflictos, el cambio climático, la crisis sanitaria, la hambruna, la enorme desigualdad, etc. En septiembre de este año, los estados tendrán dos nuevas oportunidades importantes para sentar bases más firmes en lo que respecta a la migración y a los refugiados; la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU sobre Migrantes y Refugiados y el foro sobre el tema que conducirá Estados Unidos.
En conmemoración del Día Mundial del Refugiado, lunes 20 de junio , Dianova llama a todos los Estados a comprometerse plenamente con estos foros y a avanzar en la creación de documentos vinculantes sobre las políticas y medidas necesarias para mejorar la protección de refugiados y migrantes, bajo el entendimiento de que los derechos humanos no deben conocer fronteras.
Saionara König-Reis
