Niños, salud mental y desarrollo sostenible

El cuidado de la salud mental de niños y jóvenes es un instrumento necesario para lograr la Agenda de Desarrollo Sostenible de 2030

Mental health

Junto con el Comité de ONG sobre la salud mental, Dianova International organizó un evento en Nueva York la semana pasada para analizar tres temas muy importantes que no suelen considerarse juntos: los niños, la salud mental y el desarrollo sostenible. El panel fue un esfuerzo para concienciar acerca del hecho de que el cuidado de la salud mental de niños y jóvenes, especialmente en situaciones adversas, es un instrumento necesario para lograr la Agenda de Desarrollo Sostenible de 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Saionara König-Reis, Gerente de Relaciones Internacionales de Dianova International, creó el marco para el debate y presentó las interrelaciones entre la labor de Dianova Uruguay en la prevención del uso  de sustancias problemáticas entre los jóvenes con la Agenda de 2030 y los ODS. Dentro del mismo contexto, Maria Pia Belloni Mignatti, Representante de la ONU para la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP) y Presidente de NGO Committee on Migration, habló sobre la importancia del desarrollo de la primera infancia en el alivio del trauma infantil, el estrés tóxico y la privación. Además, el Dr. Shervin Shadianloo, M.D., psiquiatra de niños, adolescentes y adultos de la Escuela de Medicina Hofstra-Northwell habló sobre las minoridades sexuales y de género en el desarrollo de niños y jóvenes. Finalmente, la Dra. Dana Kaplan, M.D., Directora de Abuso y Negligencia Infantil del Departamento de Pediatría del Hospital Universitario de Staten Island, habló sobre el impacto del abuso infantil en la salud mental y el desarrollo de los niños.

La salud mental y la agenda de desarrollo sostenible

NGO Committee on Mental Health

Muchos profesionales del campo de la salud mental no están familiarizados con la agenda internacional de desarrollo sostenible. Esto se debe en parte por el hecho de que antes de 2016, cuando entró en vigencia la Agenda de 2030, la salud mental no formaba parte de la agenda de las Naciones Unidas o de la agenda de la mayoría de los Estados miembros, al menos no como una meta específica para lograr el desarrollo sostenible .

La Agenda de Desarrollo Sostenible de 2030 tiene 17 objetivos y 169 metas, también conocidos como ODS. Los ODS marcan la primera vez que la agenda de desarrollo internacional intenta integrar las necesidades infinitas de la humanidad, con el entorno y las instituciones en una sola pieza. Es una agenda integrada y universal, que en esencia significa dos cosas: 1. Que las políticas y los programas para cada uno de los objetivos deben considerar sus implicaciones en todos los ODS; y 2. Significa que, en muchos casos, el éxito total de un objetivo sólo puede lograrse si se abordan otros objetivos de forma conjunta.

La salud mental se incluye en el ODS 3, meta 3.4, que requiere la promoción de la salud mental y el bienestar. Algunos argumentarán que esta meta se relaciona con el núcleo mismo de los seres humanos y, por lo tanto, está relacionado con la mayoría de los objetivos, ya que la alteración de varios aspectos de los SDG puede tener una influencia en la salud mental. Lo mismo ocurre al revés: las personas y las comunidades que enfrentan dificultades de salud mental pueden tener un impacto en el desarrollo y en la sostenibilidad de las relaciones humanas entre sí, de sus relaciones con el entorno y del funcionamiento de las sociedades en sí. De ahí la importancia de hablar de la salud mental, especialmente de la salud mental de los niños y los jóvenes (que a menudo se pasa por alto y es malinterpretada) con respecto a la visión global de lo que significa el desarrollo sostenible en el contexto de los ODS.

Debido a que los ODS son promovidos como una agenda universal e integrada, la existencia de la meta 3.4 nos da la oportunidad de traer al centro de las discusiones de desarrollo, dentro y fuera de la ONU, la importancia de la salud mental y de tener un enfoque integrado para abordarla. También nos da una inmensa cantidad de herramientas para considerar las implicaciones de la salud mental en un marco más amplio, a fin de aseguarnos de que en nuestras propias prácticas seamos conscientes del papel, la importancia y el impacto de los diferentes aspectos de los ODS para la salud mental de las personas y las comunidades .

Dianova Uruguay: La prevención del abuso de sustancias y los ODS

Para dar un ejemplo concreto de estas interrelaciones en un trabajo práctico, Dianova Uruguay analizó su trabajo para la prevención del uso de sustancias problemáticas entre los jóvenes teniendo en cuenta los ODS y en relación con toda la agenda de desarrollo sostenible. No es sorprendente que encontraran una estrecha relación entre casi todos los objetivos de desarrollo sostenible y los campos relacionados con las drogas: la prevención, el tratamiento y las políticas.

Se estima que uno en cada cinco adolescente

Esto significa que la meta 3.5 del ODS3, que se refiere a la prevención y el tratamiento del abuso de sustancias, solo puede lograrse si se trabaja en relación con la seguridad alimentaria, la educación, el empleo, la desigualdad, la justicia, el género, las ciudades, el entorno, la salud mental y otras cuestiones relacionadas con el desarrollo, especialmente si queremos abordar las necesidades de los niños y los jóvenes en estos contextos. En otras palabras, para la sostenibilidad de la agenda y cada uno de sus temas, el uso de drogas debe considerarse transversalmente en la Agenda de 2030, a nivel de las personas, de las comunidades y de todo el país.

Por ejemplo, cuando se trabaja en la prevención de drogas con niños y jóvenes, es fundamental ir más allá de los aspectos individuales y abordar los factores de riesgo que pueden encontrarse en sus familias y en el entorno en el que están más integrados, como la escuela, las instituciones y la comunidad. Solo esto ya requiere una intensa coordinación de múltiples metas de los ODS. De hecho, los programas preventivos con enfoques holísticos que involucran diferentes áreas de la vida de los niños y jóvenes han demostrado ser más efectivos que los programas de enfoque único. Esto se debe a que no solo se ocupan de los aspectos psicológicos de la persona, sino que también se ocupan de los múltiples contextos de su entorno.

De esta manera, los programas y las políticas tendrán éxito al abordar los factores de riesgo que a menudo están relacionados con la mala administración de tales valores y derechos inscritos en la agenda de desarrollo sostenible y el abandono sistemático de niños y jóvenes en situaciones vulnerables.

Por lo tanto, la implementación integrada de los objetivos de desarrollo sostenible tiene el potencial para contribuir eficazmente a la meta específica de prevención y tratamiento del uso de sustancias. Asimismo, tal como han sido analizados por los otros panelistas del evento, también es una forma de proteger a los niños y jóvenes contra el abuso, la violencia y la discriminación de género, y de promover el desarrollo de la primera infancia para un futuro de nuestra sociedad más saludable.

Saionara König-Reis