No dejar a nadie atrás en materia de igualdad de género incluye hacer todos los esfuerzos necesarios para mejorar en todos los aspectos las condiciones de vida de mujeres y niñas de comunidades rurales
La Comisión de la Condición de la Mujer (CSW62) destacó numerosas iniciativas que se centran en tratar de manera integral la situación precaria de las mujeres rurales – Niñas de pueblo, Bengala Occidental, foto: Ilya Mauter, CC BY 3.0
Por Kaitlin Drape – Las mujeres y niñas rurales han sido marginadas debido a la geografía, la pobreza, la falta de educación y los prejuicios de género, pero son un componente clave en la construcción del futuro de la economía global. Además, la comunidad internacional debe asumir el desafío de hacer frente a la difícil situación de este frágil grupo, que aún no goza de los beneficios de las iniciativas de derechos humanos.
El entorno peligroso para las mujeres y niñas rurales es el resultado de problemas interconectados, que comienzan con la desigualdad. Es menos probable que las niñas rurales asistan a la escuela, ya que las comunidades valoran más la educación de los niños, mientras que las niñas se quedan con las tareas domésticas.
En el mundo, 130 millones de niñas no van al colegio. Las niñas experimentan más tabúes sociales sobre sus cuerpos. Por ejemplo, en muchas sociedades, hay un tabú alrededor de la menstruación. Las niñas no reciben educación sobre sus cuerpos y, a menudo, no tienen buenas prácticas de higiene menstrual. Las niñas están sujetas a prácticas nocivas como la MGF (mutilación genital femenina), que aún prevalece, particularmente en África, a pesar de que la abrumadora mayoría de los países la prohíben.
Es necesario prestar atención a este problema: fue apenas en 2012 que la Asamblea General designó a la MGF como un tema de derechos humanos. Esta práctica, que a menudo se lleva a cabo en niñas de tan solo 8 años, tiene como resultado devastadores problemas médicos de por vida y se convierte en el paso social hacia el matrimonio infantil y la maternidad temprana. Además, la violación y el abuso doméstico en muchas comunidades están arraigados en la cultura y rara vez son enjuiciados. Esta sinergia de problemas hace que las mujeres no puedan salir de la pobreza y el abuso, y las mujeres necesitan remedios legales, educativos y sociales para cambiar la mentalidad tradicional, hacer cumplir las leyes y promover la confianza necesaria para que las mujeres y niñas rurales desarrollen todo su potencial.
Iniciativas de desarrollo de mujeres
La CSW62 destacó numerosas iniciativas que se centran en tratar de manera integral la situación precaria de las mujeres rurales. Por ejemplo, la Fundación Africana de Medicina e Investigación (AMREF, por sus siglas en inglés) tiene programas para educar a las comunidades en Kenia sobre los peligros de la MGF a través de contactos personales, foros comunitarios y videos. Equality Now ayuda a enjuiciar a los practicantes y a educar a la comunidad sobre el hecho de que es ilegal y viola los derechos humanos, según Yasmeen Hassan, Directora Ejecutiva Internacional. El Centro de Iniciativas de Salud Familiar ha trabajado este tema en Nigeria para cambiar las actitudes sobre la violencia contra las mujeres, que también ha incluido foros comunitarios y una campaña publicitaria.
La UNICEF ha tomado la iniciativa al brindar oportunidades educativas accesibles y de bajo costo, según Omar Abdi, Director Ejecutivo Adjunto. Sus programas intentan acercar las escuelas a las comunidades rurales ya que a menudo los niños no pueden viajar largas distancias debido a la falta de transporte e infraestructura deficiente.
La educación digital y en CTIM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) también es crucial para el proceso. Programas como Africa Code Week, que lleva a cabo cientos de talleres de codificación en todo el continente, proporcionan las habilidades necesarias para que los jóvenes africanos participen en la economía digital. El año pasado, el programa se centró particularmente en las niñas, y 538.000 niñas fueron capacitadas durante el evento, según Hemang Desai, de SAP, la empresa de tecnología que copatrocina el evento. Asociaciones del sector privado han contribuido al éxito de otros programas. Por ejemplo, Microsoft ha colaborado con ProMujer, una organización para el empoderamiento de las mujeres en América Latina. Sus talleres han enseñado a mujeres a codificar y a construir sitios web, lo que ha permitido que las mujeres promuevan sus negocios locales.
El Centro de Trabajo e Investigación Social, comúnmente conocido como Barefoot College, tiene un programa que ayuda a las mujeres rurales a convertirse en ingenieras solares. El programa enseña a las mujeres rurales a instalar, mantener y reparar sistemas de energía solar para los hogares de las comunidades rurales sin electricidad. Conocidas como las «Solar Mamas», estas mujeres vienen de todo el mundo para la capacitación y después llevan estas nuevas habilidades a sus comunidades.
La CSW62 dejó en claro que es necesario hacer cumplir las leyes nacionales e internacionales y responsabilizar a los gobiernos. Además, proporcionar fondos y personal para establecer iniciativas sobre el tema para cambiar prácticas dañinas y actitudes arraigadas; así como crear alianzas con el sector privado para involucrar a mujeres y niñas en programas educativos que puedan proporcionar un camino hacia la autodeterminación.
