El Pacto Mundial sobre la migración

ONU, Nueva York, 22 y 23 de mayo: la Sociedad Civil insta a los estados miembros a alcanzar un acuerdo de derechos con medidas tangibles

La Asamblea General de las Naciones Unidas acordó en septiembre de 2016 desarrollar un pacto mundial para la migración segura, ordenada y regular en 2018. De abril a noviembre de 2017 los embajadores de Suiza y México en la ONU, co-facilitadores para el pacto mundial,  están llevando a cabo la Fase I del procedimiento para el acuerdo global, que consiste principalmente en consultas regionales y debates temáticos internacionales con los estados miembros y múltiples partes interesadas.

Día  de acción contra el cambio climático en Calgary

Tras la primera sesión temática que tuvo lugar en Ginebra a principios de mayo, la segunda sesión temática se celebró en la sede de la ONU en Nueva York del 22 al 23 de mayo. En ella se trataron los «factores de la migración, entre los que se incluyen efectos adversos del cambio climático, desastres naturales y crisis creadas por el hombre, pasando por soluciones como protección y asistencia, desarrollo sostenible,  erradicación de la pobreza, prevención y resolución de conflictos».

Durante estas consultas, se invitó a la sociedad civil y otras partes interesadas a un diálogo informal con los co-facilitadores del proceso, para darles la oportunidad de presentar sus puntos de vista al pacto mundial. La larga lista de oradores y asistentes de la sociedad civil, incluida Dianova International, demostró el compromiso de este grupo con los derechos de los migrantes y con los debates internacionales que informarán las políticas clave sobre la migración y afectarán la vida de millones de personas en todo el mundo.

La Sociedad Civil continúa impulsando los compromisos basados en los derechos humanos de los migrantes

Retrato de un refugiado

Desde que la migración acaparó la agenda internacional, la sociedad civil ha impulsado a las Naciones Unidas y a los Estados miembros a que reconozcan y apliquen las normas sobre derechos humanos a todos los migrantes y refugiados, independientemente de su estado a lo largo de su itinerario migratorio. Estos debates continúan siendo pertinentes porque el pacto mundial tiene la posibilidad de establecer medidas concretas para la cooperación multilateral y para las políticas y programas nacionales que traten sobre migrantes y flujos migratorios dentro de un marco sostenible y basado en los derechos.

 

En este sentido y, para los países de destino, la sociedad civil defendió que el pacto mundial es claro sobre la creación de medios legales para aprovechar el potencial de los migrantes altamente cualificados facilitándoles visados ​​y permisos de trabajo, la convalidación de certificados profesionales extranjeros, la disponibilidad de cursos de idiomas, etc. Asimismo, se debe garantizar y promover el acceso a los abundantes puestos de trabajo legales de baja cualificación como estrategia para evitar que los migrantes estén expuestos a la explotación laboral, contravenciones de salarios justos y la trata de personas.

Sobre el mismo tema, la sociedad civil instó a los estados miembros a incluir una mención explícita en el pacto mundial sobre el derecho de los migrantes al trabajo digno. También aconsejaron que se idearan mecanismos en los países de origen para incluir a los trabajadores en los procesos nacionales de creación de empleo, como forma de evitar el factor económico de la migración, mediante la creación de empleos que satisfagan las necesidades laborales en todos los niveles de cualificación. Además, al definir e implementar niveles dignos de protección social a nivel nacional de acuerdo con la normas de la Organización Internacional del Trabajo se contribuye a abordar los factores económicos de la migración.

Refugiados sirios frente la estación de Budapest

A nivel conceptual, el pacto mundial no debe estar desconectado de los acuerdos y mecanismos existentes sobre derechos humanos y desarrollo. En primer lugar, como mencionó el Embajador de Irlanda ante la ONU y co-facilitador de la Declaración de Nueva York para los refugiados y los migrantes el año pasado, en la Agenda 2030 y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible no puede haber un grupo con más derecho que los migrantes y los refugiados en sus esfuerzos por no dejar a nadie atrás. Por lo tanto, al abordar la migración, la Agenda 2030 puede ayudar a los Estados a integrar planteamientos que sean sensibles a los diferentes grupos minoritarios y coherentes con un conjunto de esfuerzos para lograr un desarrollo sostenible para todos.