Derechos de la infancia y adicciones ¿dónde nos encontramos?

Dianova organizó una mesa redonda virtual para abordar como se puede incluir efectivamente la perspectiva de la infancia en el ámbito de las adicciones

Infancia

Los niños/as cuyos padres y madres presentan consumos problemáticos de drogas tienen un mayor riesgo de desarrollar comportamientos y consumos de drogas problemáticos – Image: infonova #39, Dianova España

Equipo editorial – El 20 de noviembre se celebra anualmente el Día Mundial del Niño. Este año se centró en la inclusión de todos los niños/as. Ello implica que las necesidades de toda la ciudadanía tienen que ser abordadas por igual. Y precisamente uno de los ámbitos en los que la perspectiva de la infancia está ausente, es en el ámbito de las adicciones.

Históricamente, el ámbito de las adicciones se ha centrado principalmente en las personas adultas y desde un punto de vista androcéntrico, mientras que las necesidades de los niños/as y jóvenes a menudo se dejaban en un segundo plano. Con el fin de abordar los derechos de los niños, niñas y adolescentes en relación con el uso de sustancias y dependencia, es fundamental abordar la prevención de la adicción durante infancia y adolescencia, mecanismos de afrontamiento de problemas de los adolescentes relacionados con el consumo de sustancias, y las necesidades de los niños/as cuyos padres y madres presentan consumos problemáticos de sustancias, trastornos por consumo de sustancias.

Mesa redonda diversa

Para tratar estos temas con más detalle y conmemorar el Día Mundial del Niño, Dianova organizó una mesa redonda virtual sobre “Derechos de la infancia y adicciones: ¿dónde nos encontramos?” el pasado 21 de noviembre de 2022.

 

Para recabar diferentes puntos de vista, se contó con personas de diferentes ámbitos y realidades:

  • Monica Barzanti – Responsable de las Relaciones Internacionales en San Patrignano, Italia
  • Agnes Chen – Enfermera titulada y fundadora y directora ejecutiva de Starlings Community, Canadá
  • Calixta De Balmaceda – Coordinadora de Proyectos de la Cruz Blanca Panameña, Panamá
  • Berenice Gomez – Psicóloga Social de la Universidad Autónoma de Barcelona, ​​de la Fundación Salud y Comunidad, España
  • María José Vera – Directora Comunidad Terapéutica «Las Torrecillas» para menores con adicciones, Asociación Dianova, España.

La mesa estuvo moderada por Gisela Hansen Ph.D, Psicóloga clínica, Directora Dianova España. El evento contó con un servicio de interpretación profesional de inglés y castellano.

 

Los niños y niñas como sujetos de derechos

Uno de los grandes problemas en las políticas públicas en los temas de adicciones hasta el momento es que no se han concebido a los niños/as como plenos sujetos de derechos en su integralidad. Aquí nos referimos a que contemplen su derecho a la educación, a la salud, a la seguridad, y además debería incluir también el derecho a ser escuchado y a participar en los procesos de toma de decisiones que les afecten.

Programas adulto-céntricos para menores

En el ámbito del tratamiento de las adicciones, los programas están claramente diseñados tomando como punto de referencia las necesidades de los adultos. De hecho, se están implementando pocos programas para menores con un uso problemático de drogas y/o con problemas de conductas de riesgo que hayan sido diseñados a propósito para cubrir las necesidades de éstos. La mayoría de los programas, especialmente en el ámbito residencial, simplemente toman como referencia un programa de adultos y lo implementan con menores. De esta manera, lógicamente los programas no incluyen la perspectiva de la infancia y son menos efectivos a la hora de respetar sus derechos. Existe una clara visión adultocéntrica en el diseño y ausencia de perspectiva de género, que tenga en cuenta las necesidades diferenciales de chicos y chicas.

Mirada holística a un problema de salud pública que va más allá de los consumos de drogas

No hay que perder de vista que los consumos problemáticos de drogas son la punta del iceberg de los problemas a los que se enfrentan las personas afectadas, sean adultos o menores, que pueden ser desde la pobreza, el racismo, la violencia de género. Por lo que las respuestas no pueden enmarcarse únicamente en clave de la abstinencia a sustancias. Se trata de promover el bienestar emocional, no hablar únicamente de los consumos de drogas. Respecto a los niños/as, una de las posibles acciones a desarrollar es potenciar los programas que ayuden a capacitar a los y las jóvenes en mecanismos para enfrentarse a situaciones de estrés, evitando con ello consumos y conductas problemáticos. La educación emocional es imprescindible como mecanismo efectivo de acompañamiento y prevención de conductas adictivas.

Ofrecer un abanico de respuestas

Una de las reivindicaciones hechas por las panelistas, es que cada persona requiere un tipo diferente de apoyo en función del momento en el que se encuentre. Y por ello, ofrecer solo un tipo de tratamiento, no resulta muy efectivo. Es importante, ofrecer diferentes opciones de tratamiento, que se adapten a las realidades y necesidades de cada persona, desde programas de abstinencia a programas de reducción de daños. No hay que perder de vista también el papel que juegan las adicciones sin sustancia. De lo que se trata es de acompañar a las personas y a sus familias, en la manera en que estas lo necesiten.

El estigma, una losa muy pesada en el acceso a servicios públicos

Si el estigma para las personas que consumen drogas es un gran problema, este se magnifica en cuanto nos referimos a la realidad de los hijos/hijas de personas que consumen drogas. Y ello se traduce en que los padres o madres que requieren apoyo por el consumo problemático de sustancias no acuden a servicios de tratamiento por la barrera que supone el estigma de cara a ellos y a sus familiares, así como por el miedo de perder la custodia de sus hijos/as (especialmente si son mujeres).

Si además, hablamos desde la perspectiva de la infancia, vemos que los niños/as y adolescentes no pueden acceder a servicios de apoyo sin miedo, bien porque no están siendo considerados/as en el diseño del tratamiento, o porque no perciben los espacios como propios para abordar sus problemas o pedir ayuda. Es clave pues fortalecer los programas que provean apoyo a los jóvenes para que sean percibidos como herramientas a disposición de la sociedad.

En este punto, no podemos obviar la realidad a la que se enfrentan las mujeres con adicciones y la imperiosa necesidad de promover la integración de la perspectiva de género en los servicios de adicciones, que además contribuiría a defender la perspectiva de los derechos de la infancia.

Es conocido, que lamentablemente el estigma viene perpetuándose por parte de los propios profesionales de los servicios públicos (especialmente de servicios de infancia). En este sentido, una de las claves, es la formación de los profesionales en la perspectiva de derechos de la infancia.

El rol de las familias

La retirada de la custodia de los hijos/as por consumos de drogas tiene un impacto muy negativo para los menores, los progenitores y la comunidad en su conjunto. Los niños/as tienen unas necesidades afectivas que son cruciales para su desarrollo, y el hecho de separarle de sus padres (y especialmente de sus madres) tiene unas consecuencias negativas a nivel emocional y de desarrollo que impacta directamente en su propia identidad y vivencia. Aunque los/las hijos/as de personas con adicciones, pueden ver incrementada la vulnerabilidad de desarrollar consumos problemáticos a comportamientos de riesgo, deben ser mirados y considerados no por ser potenciales personas con adicción, sino por el hecho de ser criaturas de pleno derecho al acceso a la salud y a una vida digna donde puedan desarrollarse plenamente. En palabras de Agnes Chen, “los niños siguen queriendo a sus madres, pase lo que pase” (Children love their mothers no matter what).

Por ejemplo, en Estados Unidos, se estima que hay 9 millones de niños/as a cargo de los servicios sociales que son enviados a familias de acogida[1] por consumos de drogas de sus progenitores. Este dato puede ayudar a entender la dimensión de la realidad a la que nos

Si bien es cierto que los niños/as cuyos padres y madres presentan consumos problemáticos de drogas también tienen un mayor riesgo de desarrollar comportamientos y consumos de drogas problemáticos, el componente afectivo es muy importante. Richard Vellman, en numerosas investigaciones ha destacado la necesidad de trabajar las habilidades parentales con personas con adicciones y sanar relaciones dotando de estrategias, y como último recurso (o en situaciones de riesgo) separar a las criaturas de sus padres, dado que el impacto de la separación genera una cicatriz emocional tan grande, que deben agotarse múltiples recursos antes de llegar a esta extrema medida.

La clave está pues en incorporar a las familias en los programas y ofrecer servicios en los que se sientan a salvo y acompañados. Una manera, es por ejemplo ofrecer servicios de tratamiento que acojan a mujeres con sus hijos/as en el programa de tratamiento. Y por supuesto, trabajar aspectos de parentalidad en los programas de adicciones.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que, en muchos casos, el papel de la familia no suele ser un aspecto positivo en la vida de las personas con consumos problemáticos de drogas. Muchas mujeres en tratamiento han perdido el vínculo con sus familias, por ejemplo. O muchos menores que presentan problemas de consumos de drogas iniciaron los consumos de la propia mano de sus progenitores. De allí, que sea clave que todos los programas se adapten a las necesidades y características de las personas que lo requieren.

Por la inclusión de todas las niñas y los niños

La mesa abordó temas muy complejos, ofreciendo perspectivas de profesionales que trabajan en el ámbito de prevención, tratamiento, atención directa con jóvenes, incidencia desde el punto de vista de derechos y en contra del estigma y el académico, aportando además ejemplos de las realidades vividas en diferentes partes de mundo que van desde Panamá, España, Italia y Canadá.

Desde Dianova queremos agradecer a las ponentes su tiempo y el conocimiento compartido en esta dinámica e interesante mesa redonda. Compartimos el eslogan de la ONU para la conmemoración del Día Mundial del Niño, “Por la inclusión de todas las niñas y los niños” y trabajaremos para que así sea, especialmente en el ámbito de las adicciones.