Covid-19 y salud mental

“Abogando por la salud mental en medio de la pandemia mundial” un evento organizado online por el Comité de ONG de Salud Mental

Salud mental y COVID-19

Es imprescindible disipar los mitos acerca de la propagación del virus que marginan todavía más a los migrantes y desplazados forzosos – Adaptado de un material original de ‘The People Speak’ licencia: CC BY-NC 2.0

Por María Victoria Espada  – Aunque los efectos del COVID-19 sobre la salud mental son todavía mayormente desconocidos, se ha observado que los niveles de ansiedad, tristeza, miedo y soledad han aumentado a nivel mundial, agravados por las necesarias medidas de distanciamiento social. En algunos casos, el desconocimiento sobre la enfermedad ha generado estigma social hacia personas o lugares. Con el ánimo de crear conciencia, el Comité de Organizaciones No Gubernamentales de Salud Mental (NGO Committee on Mental Health, por sus siglas en inglés), del que Dianova International es miembro ejecutivo, celebró un evento virtual a finales de abril “Abogando por la salud mental en medio de la pandemia mundial”.

Asegurar la salud pública y proteger a los refugiados no son dos actividades mutuamente excluyentes, como señaló la doctora Marciana Popescu de la Universidad de Fordham. Sin embargo, desde que empezó la pandemia, 167 países han cerrado total o parcialmente sus fronteras para “protegerse” y al menos 57 países no hacen excepciones para los solicitantes de asilo, entre ellos Estados Unidos. Al evitar su entrada, los migrantes son relegados a países que no pueden mitigar la propagación del coronavirus y el problema de la pandemia se agrava.

 

Así, es crucial preparar y apoyar a los proveedores de atención de salud mental, desarrollar redes de atención interdisciplinarias e interculturales, y fomentar la importancia del autocuidado. Más aún, es imprescindible disipar los mitos acerca de la propagación del virus que marginan todavía más a los migrantes y desplazados forzosos.

Mediante el desarrollo de tecnologías de vanguardia, CGFNS International restaura las credenciales de los profesionales de la salud que se han perdido o permanecen inaccesibles debido a los conflictos armados o los desastres naturales en sus respectivos países. Según Franklin Shaffer, presidente de CGFNS, esto es especialmente importante en el caso de las enfermeras/os refugiadas/os que quieren trabajar en un país distinto al de su origen.

En este sentido, y según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de médicos y enfermeras migrantes que trabajan en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha registrado un aumento del 60% durante la última década. Además, las proyecciones futuras apuntan a una aceleración continua en la migración internacional de trabajadores de la salud, con una brecha creciente entre la oferta y la demanda que, actualmente, se estima en 9 millones a nivel mundial.

En Estados Unidos, los requisitos para la prestación de servicios públicos de telesalud por proveedores autorizados fuera de las instalaciones tradicionales también se han adaptado a las nuevas circunstancias. Según Félix Torres, psiquiatra y secretario del NGO CMH, la ley federal permite desde el pasado marzo que cualquier proveedor con licencia médica de un determinado estado pueda prestar atención a pacientes de otros estados. En paralelo, los estados han modificado ciertos requisitos para permitir la expedición rápida de licencias y fomentar, así, la telesalud interestatal.

La nueva normativa también aprueba el consentimiento verbal del paciente, si bien solo las videollamadas son consideradas servicios de teleconsulta. En conjunto, las modificaciones buscan cumplir con el triple objetivo del Instituto para el Mejoramiento de la Atención Médica (IHI, por sus siglas en inglés) para proveer enfoques integrados que mejoren la atención a los pacientes y la salud de la población en general, y, simultáneamente, reduzcan los costos per cápita de los servicios médicos prestados.

 

Según el Informe Mundial de 2019 de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), 35 millones de personas padecen trastornos por consumo de drogas ilícitas y sólo 1 de cada 7 recibe un tratamiento. En cuanto a la prevalencia de los trastornos por consumo de alcohol, se estima que afectan a alrededor del 1,4% de la población mundial.

La Red Dianova también ha tenido que adaptar rápidamente sus condiciones de trabajo para preservar la salud de sus beneficiarios y sus equipos.

Además de implementar medidas preventivas, de higiene y de distanciamiento social, los centros de atención han revisado los programas personales de tratamiento y se han establecido consultas de seguimiento en línea para no interrumpirlos. Igualmente, se han suspendido las actividades fuera de las residencias y se han incrementado las comunicaciones por videoconferencia de los pacientes internos con sus familiares. Las actividades tradicionales para los beneficiarios también se han reorganizado a la vez que se han añadido otras nuevas, como talleres de cine, cocina, lectura, música y zumba, entre otros. Las unidades administrativas y de gestión funcionan bajo la modalidad de teletrabajo y se proporcionan servicios de asesoramiento y apoyo psicológico a los miembros de los equipos que los requieran. En conclusión, cabe destacar que el bienestar de los beneficiarios sigue siendo la prioridad de los profesionales de Dianova, a pesar de las dificultades relacionadas con la falta de equipos de protección personal y recursos financieros limitados.