
Un fenómeno transversal
El consumo de drogas y otras prácticas potencialmente adictivas son una constante universal. Siempre han formado parte de la historia de la humanidad.
Hoy en día, las pruebas arqueológicas permiten rastrear en el pasado el uso de sustancias psicotrópicas por parte de las sociedades humanas, con el fin de provocar cambios en las percepciones y los comportamientos.
Sean cuales sean, y dependiendo de la cultura en la que vivamos, estas sustancias nos resultan familiares. Siempre han estado con nosotros. A veces son un medio para escapar del dolor o calmar la ansiedad, y a veces un medio para superarse. Todas tienen funciones diferentes, influidas por la representación del mundo desarrollada por las distintas culturas desde los albores de la humanidad.
En los tiempos modernos, las sustancias psicotrópicas son cada vez más numerosas, diversas y potentes. Las redes clandestinas que distribuyen sustancias ilegales también están cada vez mejor organizadas y son más fuertes, lo que aumenta considerablemente la disponibilidad de estas drogas.
Tenemos que hacer frente a nuevas epidemias de consumo de drogas, como la del uso de opiáceos en Norteamérica o la explosión de la adicción al Tramadol (una fármaco opiáceo) en África, así como a nuevos comportamientos adictivos, como las adicciones sin sustancias.
Los trastornos adictivos de todo tipo tienen repercusiones de gran alcance a todos los niveles: individual, social, familiar y social. Información y reflexión: