Actualmente se están investigando los siguientes comportamientos para determinar su potencial adictivo y los criterios para su diagnóstico médico
Aunque estos comportamientos no se consideran oficialmente enfermedades, algunas personas llegan a ser incapaces de controlarlos, lo que les causa un sufrimiento importante.
También hay que tener en cuenta que algunos expertos creen que cualquier actividad o interés que altere el «sistema de recompensa del cerebro» puede conducir a un comportamiento compulsivo y, por tanto, a trastornos adictivos: actividades deportivas, relaciones sexuales, compras, etc.
Adicción sexual
La adicción sexual es la pérdida de control sobre la propia sexualidad y la búsqueda de un comportamiento patológico relacionado con el acto sexual, aunque se conozcan sus consecuencias negativas. La adicción sexual debe distinguirse de la hipersexualidad porque la primera implica necesariamente una noción de sufrimiento y culpabilidad que no existe en la hipersexualidad.
Las consecuencias de la adicción sexual son:
- Médicas: cuanto mayor es el número de relaciones sexuales, mayor es el riesgo de contraer una infección de transmisión sexual (ITS).
- Psicológicas: la adicción al sexo suele ir acompañada de depresión, ansiedad y culpabilidad.
- Relacionales: la adicción al sexo tiende a aislar a la persona, lo que conduce a problemas de relación y de pareja
- Sexuales: desarrollo de dificultades y trastornos sexuales como la disfunción eréctil o la eyaculación precoz
- Sociales: la adicción invade la vida social y profesional de la persona; riesgos de aislamiento y pérdida de empleo ligados a los comportamientos adictivos (consulta de páginas pornográficas, masturbación compulsiva, etc.)
Compras compulsivas
El comportamiento de compra compulsiva es un impulso irresistible de adquirir objetos sin uso real. La compra compulsiva debe distinguirse de la compra impulsiva. Las compras impulsivas son comportamientos de compra ocasionales e irreflexivos, mientras que las compras compulsivas se repiten en el tiempo y son una respuesta a emociones negativas como la ira, la culpa y el estrés.
Ciberadicción o adicción a Internet
La ciberadicción se define como el uso persistente y recurrente de aplicaciones o herramientas basadas en Internet que causan un deterioro significativo en el funcionamiento de una persona en una variedad de áreas durante un período prolongado de tiempo. Los jóvenes corren más riesgo de desarrollar este tipo de trastorno cuando no pueden dejar de utilizar redes sociales, blogs, correos electrónicos, etc.
Hay que subrayar que Internet es ante todo un medio para acceder a tal o cual comportamiento potencialmente adictivo (como las compras compulsivas, la visita a páginas pornográficas, etc.). Sin embargo, otros comportamientos ya están catalogados como adicciones comportamentales específicas, ya sean en línea o fuera de línea (adicciones a los juegos y apuestas y a los videojuegos).
Las consecuencias de la ciberadicción
Estas consecuencias pueden verse desde una perspectiva biológica, psicológica o social. Las consecuencias biológicas están asociadas a los hábitos alimentarios y de estilo de vida que desarrollan las personas afectadas por estos trastornos adictivos: dolor de espalda y fatiga por inmovilidad y falta de sueño, dieta inadecuada (comida basura), problemas oculares, etc.
Las consecuencias psicológicas incluyen la pérdida de control de los impulsos y el desarrollo de agresividad.
Las consecuencias sociales incluyen un deterioro de las amistades y las relaciones familiares, y un impacto negativo en la productividad y el compromiso con el trabajo o los estudios (disminución de la motivación, la concentración y la asistencia); también hay riesgo de aislamiento.