Alcohol, ¿cómo educar a tu hijo/a?

Ante el consumo de alcohol por parte de nuestros adolescentes, no siempre sabemos cómo comportarnos

Jóvenes disfrutando con bebidas
En muchas culturas, especialmente en los países del sur de Europa, los jóvenes se inician en el consumo de alcohol a una edad temprana, como parte normal de la vida cotidiana. Sin embargo, los adolescentes pueden consumir regularmente alcohol en exceso, como parte de su propia cultura de fiesta.

El alcohol es la droga más consumida en España. Se calcula que más de un millón y medio de jóvenes de entre 15 y 24 años son bebedores de alto riesgo. Ante estas cifras, muchos padres están preocupados. Entonces, ¿cómo anticiparse? y, sobre todo, ¿cómo reaccionar?

1) Educa a tu hijo sobre el uso adecuado del alcohol

La sustancia en sí no significa nada, lo que cuenta es la imagen que su hijo o hija tiene de ella. Por lo tanto, es necesario anticiparse. Ya es un buen comienzo enseñar que sólo se bebe en determinadas ocasiones, y no por costumbre o para sentirse mejor. Cuando tu hijo/a se convierta en adolescente, debes hablar con él o ella para entender su visión del producto. El objetivo es asegurarse de que no está consumiendo con un propósito específico, por ejemplo, para olvidar sus problemas.

2) Ayuda a tu hijo a prepararse para sus primeras fiestas

Las fiestas y salidas de los adolescentes forman parte de su cultura. Aunque tu hijo/a sólo tenga 14 años, el alcohol puede estar presente. En lugar de amenazar y prohibir, prepara el escenario. A los 14 años, es probable que tu hijo/a adolescente no planee ni quiera beber, pero aun así puede dejarse arrastrar por los amigos/as. Haz que tu hijo/a se lo piense primero. Recomiéndale que se acerque a gente que no beba. Y si la presión del grupo es demasiado fuerte, explícale que puede salirse con la suya inventando una excusa como «estoy tomando la medicación» o «ayer ya salí de fiesta».

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3) Establece límites claros, pero sobre todo, dialoga

No hay que estigmatizar el alcohol, sino intentar controlar la fiesta. Si la fiesta es en casa, no prohíbas el alcohol, pero negocia las cantidades en función del número de participantes y asegúrate de que haya un adulto presente. Si la fiesta es en otro lugar, dale a tu hijo/a adolescente una hora de regreso, por ejemplo, en la que todavía estarás levantado para verlo. En cualquier caso, no hay que ser complaciente y esperar que los jóvenes se autorregulen. A medida que los adolescentes crecen y aprenden, las reglas cambian. Poco a poco, integran los riesgos y dan sentido a su comportamiento y a su consumo de alcohol. Y si surge un problema, tu hijo/a adolescente debe saber que puede contar contigo.

4) ¿Qué hacer si llegan a casa borrachos?

Puede que el adolescente haya llegado a casa borracho o que te hayas enterado después. Las dos reacciones a evitar son enfadarse o hacer como si no hubiera pasado nada. En cambio, escucha su versión de la historia y discútela sin juzgar. Ayúdales a entender lo que pasó: ¿se dejaron llevar por sus amigos?, ¿sintieron la necesidad de poner a prueba sus límites?, ¿quieren volver a hacerlo? En la mayoría de los casos, te darás cuenta de que él o ella sólo quería divertirse, sin pensar en el día siguiente. Pero es importante demostrar que te importa.

5) ¿Cuándo debo alarmarme?

Si los episodios de embriaguez se suceden con demasiada frecuencia, si tu hijo/a se vuelve más irritable que antes, si empieza a aislarse o a perder el interés por lo que antes le gustaba, es probable que tenga problemas con el alcohol, o quizá con otra droga. Por ejemplo, con el consumo intensivo de alcohol (binge drinking), una práctica cada vez más habitual, el adolescente busca sensaciones extremas para sentir que existe. Lo que debería alarmarnos es la precocidad y la repetición de los comportamientos de embriaguez, pero la mayoría de las veces, estos problemas afectan sobre todo a adolescentes que ya se encontraban mal.

En caso de duda, busca ayuda profesional especializada.

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¿Cómo ayudar a un ser querido en dificultad?

Su pareja, un amigo íntimo o incluso su hijo/a parecen «tener problemas» con el alcohol, ¿cómo hablar de ello? y, sobre todo, ¿cómo ayudar?

  • Intenta hablar, pero si no quiere hacerlo de inmediato, respeta su decisión. Si logra hablar, puedes ayudarle a entender que no está solo con su problema.
  • Evita los reproches, no critiques su comportamiento. En cambio, escúchalo. Habla de tus sentimientos, muéstrale tus impresiones, sé abierto y demuestra que estás preocupado y que te importa su bienestar.
  • Ofrece ayuda profesional, si reconoce que tiene un problema, ayudarle a encontrar ayuda profesional, por ejemplo, líneas telefónicas de ayuda, su médico, asesoramiento especializado, etc. Pero es él o ella que debe hacerlo.