Los jóvenes y la Agenda 2030

Día Internacional de la Juventud

La participación de los jóvenes es una prerrequisito para el desarrollo sostenible

La Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible pretende erradicar la pobreza para el año 2030.  La Agenda está conformada por 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que requieren un enfoque transformativo, coordinado e integrador para el desarrollo social, económico y ambiental dentro y entre Estados.

Sobre todo, dicha Agenda se compromete a «no dejar a nadie de lado», especialmente a los jóvenes.  La inclusión de los jóvenes es fundamental ya que tradicionalmente, los jóvenes han sido excluidos de la toma de decisiones y del diálogo en general, tanto a nivel local, como nacional e internacional.  Por otra parte, es común que se estereotipe a los jóvenes como pasivos, faltos de compromiso e incapaces de tomar sus propias decisiones o tener sus propias ideas. Estas suposiciones y prácticas estereotipadas deben ser confrontadas para alcanzar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

 

La juventud actual conforma la generación de jóvenes más grande en la historia.  En varios países, la cantidad de jóvenes empieza a superar a la de los que no son jóvenes; por ejemplo, en Etiopía, más del 40% de la población es menor de 15 años de edad.  Dicha población juvenil sin precedentes, junto con los ambiciosos objetivos establecidos por la Agenda 2030, exige un cambio radical en la manera de pensar, un cambio en el que los jóvenes ya no sean vistos como los líderes del mañana, sino como los líderes del presente.

Los jóvenes no solo heredarán la Agenda 2030, sino que tendrán un papel fundamental en su implementación, en la actualidad y en el futuro.  La movilización y la inclusión de los jóvenes se ha discutido en el Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible (FPAN) de 2017 en las Naciones Unidas .  A continuación se muestran las recomendaciones que fueron presentadas por Representantes del Estado, Delegados Juveniles y partes interesadas en el FPAN del año 2017.

Recomendaciones para la inclusión de los jóvenes en la Agenda 2030

  1. Empoderar a los jóvenes para participar de forma significativa mediante el fomento de la empatía y la innovación en la juventud y aumentar el acceso a la educación, salud y tecnología.
  2. Incluir los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los programas educativos, así como las habilidades y métodos que sean necesarios para tomar medidas.
  3. Aumentar el acceso a programas vocacionales y de capacitación.
  4. Los Estados miembros con niveles particularmente altos de compromiso por parte de los jóvenes, deben asesorar y compartir las mejores prácticas con los Estados que luchan con el bajo nivel de compromiso de los jóvenes.
  5. Incluir por completo a los jóvenes en cada etapa de la política correspondiente a la toma de decisiones.  Hacer simple mención de los jóvenes en planes y documentos no es un verdadero indicador del progreso.
  6. Hacer que los datos sean más inclusivos y desglosados, con el fin de informar mejor sobre todas las etapas de la política de toma de decisiones.  Crear un Índice Nacional de la Juventud para detectar las formas en las que el capital humano se está desarrollando en la juventud.
  7. Crear planes de acción nacionales para el desarrollo y compromiso de los jóvenes (por ejemplo, el Manifiesto de Jóvenes Kenianos).
  8. Crear plataformas para la participación de los jóvenes (por ejemplo, emisarios jóvenes, programas para delegados juveniles, consejos de jóvenes) con el fin de fomentar asociaciones equitativas y sostenibles.
  9. Desafiar a las Naciones Unidas a no continuar con el enfoque de «aquí no ha pasado nada».
  10. Proporcionar expectativas claras a la gente joven, también enseñarles, informarles, también construir su capacidad y su confianza.

 

En conclusión, la participación de los jóvenes es una prerrequisito para el desarrollo sostenible.  Los jóvenes no deben ser minimizados a consumidores pasivos y faltos de compromiso; deben ser aceptados como agentes de cambio activos, innovadores y críticos; además, este cambio de mentalidad debe ser acompañado por un cambio en la práctica.

No es suficiente con solo invitar a los jóvenes a la mesa, se les debe otorgar puestos permanentes, así como plataformas propias para compartir las mejores prácticas además de defender y colaborar.