En 2015, las Naciones Unidas lanzaron su ambiciosa Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción compuesto por 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para erradicar la pobreza antes de 2030. La Agenda requiere un enfoque transformativo, integrado e inclusivo para el desarrollo social, económico y ambiental dentro de los Estados y entre ellos; sin embargo, la Agenda no señala un marco claro para financiar su ejecución. La financiación de los ODS fue una de las cuestiones centrales que se abordaron en el Foro Político de Alto Nivel (FPAN) sobre el Desarrollo Sostenible, organizado por las Naciones Unidas. A continuación se indican los temas y las recomendaciones principales que se trataron en el FPAN de 2017:
Un nuevo enfoque para la financiación y la colaboración
Si los Estados Miembros continúan con las prácticas de financiación actuales, la pobreza no se eliminará antes de 2030. Aunque no hay un enfoque único para la financiación que se pueda emplear en todos los Estados, existen varios principios orientadores y marcos teóricos que pueden maximizar la eficiencia y movilizar los recursos. Concretamente, es fundamental que los donantes y los administradores reconfiguren por completo su enfoque de financiación a nivel nacional, regional y mundial y lo conviertan en uno integral, inclusivo y coherente; este enfoque necesita la colaboración multilateral dentro de las naciones y entre ellas, así como una alianza mundial revitalizada y reequilibrada entre Estados que priorice las necesidades de quienes tradicionalmente se han quedado atrás.
El sector privado es el mayor recurso financiero para los mercados financieros nacionales y globales que sigue sin ser explotado.
Participación del sector privado
El sector privado es el mayor recurso financiero para los mercados financieros nacionales y globales que sigue sin ser explotado. Para aumentar las contribuciones y la participación del sector privado, se deben crear nuevos incentivos en las políticas, así como plataformas de comunicación y de contactos que sean más efectivas y puedan lograr que el sector empresarial se identifique más con la Agenda. La Agenda 2030 no es responsabilidad únicamente de los gobiernos locales y nacionales; el sector privado debe convertirse en un actor clave en la ejecución de la misma.
La creación de políticas transformativas
Además del aumento en la inversión nacional y extranjera, las inversiones deben basarse en la ciencia, ser sostenibles y centrarse en la creación de capacidad humana. Es crucial determinar las prioridades de las inversiones, que deben seguir enfocadas en nuevas tecnologías, los mecanismos de microcréditos y el empoderamiento de las mujeres, las comunidades marginadas y los países menos desarrollados (PMD), apoyándose en la idea de que la igualdad y la inclusión crean infraestructuras. Por otra parte, los marcos regulatorios deben ajustarse mejor a las demandas transformativas de los ODS, para promover un sistema mundial más democrático, con normas comerciales e internacionales más justas, más equitativas y más inclusivas, que incluyan estrategias para aumentar el acceso de los PMD a los mercados.
La necesidad de los datos y de los mecanismos de recolección de datos
Para informar las inversiones es fundamental realizar evaluaciones de las necesidades y disponer de datos actualizados; asimismo, sin los fondos adecuados no se pueden elaborar ni ejecutar los métodos eficaces de recolección de datos. Si bien los datos son esenciales para observar y aplicar los ODS con éxito, muchos países no tienen los sistemas estadísticos necesarios para recopilar y analizar datos. Por ejemplo, “sólo una cuarta parte de los países de Asia Meridional y menos de la mitad de los países de América Latina y el Caribe tienen sistemas completos de registro civil”; por otra parte, en todo el mundo son menos de la mitad los niños que se registran al nacer y dos tercios de las muertes anuales tampoco se registran.
La creación de una plataforma de contactos mundial
Los Estados y las partes interesadas necesitan el espacio y las metodologías para educar y reeducar, intercambiar las mejores prácticas, establecer contactos y ofrecer mentoría a los Estados que necesiten asesoramiento financiero. La creación de una plataforma de contactos mundial proporcionaría el espacio y los medios para estas actividades.
En conclusión, los viejos mecanismos de financiación son incompatibles con la nueva visión transformadora planteada por la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Los Estados deben colaborar entre sí y comprometerse a reconfigurar los mercados financieros nacionales y mundiales. Nuestro mundo está cada vez más globalizado y es más interdependiente que nunca. Nadie puede avanzar si hay regiones y segmentos completos de la población que siguen siendo excluidos, aislados y abandonados.