Contribución del Foro de la Sociedad Civil sobre Drogas

Tema: Tratamiento – Octubre de 2020

El Foro de Sociedad Civil sobre Drogas en la UE (el CSFD por sus siglas en inglés) agradece la oportunidad de contribuir con esta presentación a la 3a reunión entre período de sesiones de la 63a sesión de la Comisión de Estupefacientes, que tuvo lugar del 19 al 21 de octubre de 2020. Esta contribución se centrará en la sesión Temática 1 y, en particular, en el tema del tratamiento.

La información contenida en esta presentación se ha obtenido de la experiencia y la investigación los miembros del CSFD que han trabajado durante años en el ámbito del tratamiento. Si bien la presentación refleja inevitablemente una perspectiva europea, las recomendaciones apuntan a tener un alcance global, ya que todas las personas tienen el mismo derecho a la salud y a las intervenciones de tratamiento, basadas en la evidencia.

Promover la perspectiva de la salud pública

La drogodependencia debe concebirse como un problema de salud pública y, como tal, debe integrarse en las estructuras y respuestas de salud. El documento de la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el problema mundial de las drogas de 2016 (UNGASS por sus siglas en inglés), que establece que la adicción es básicamente y ante todo un tema de salud pública, fue firmado por los 193 estados miembros de la ONU. Sin embargo, para la mayoría de los países que firmaron el documento de la UNGASS 2016, el tratamiento sigue siendo una prerrogativa del sistema de justicia y por lo tanto depende del Ministerio de Justicia o del de Seguridad Nacional.

El trastorno por uso de sustancias y otros trastornos adictivos son una cuestión de salud pública, por lo que los servicios relacionados con las drogas deben considerarse esenciales y equiparables a otros servicios de salud pública. Asegurar la continuidad de los servicios de tratamiento es particularmente necesario en tiempos de COVID. Sin embargo, los sistemas de salud inicialmente considerados sólidos, no han podido proporcionar el equipo y el apoyo básicos a los profesionales, y algunos países incluso han dejado de financiar los servicios para las personas que consumen drogas. Además, los miembros del CSFD informaron que algunos servicios de reducción de daños que habían estado operando durante décadas en varios países de la UE se vieron obligados a cerrar.

Además, considerar la drogodependencia desde una perspectiva de salud pública apoyará los esfuerzos para eliminar el estigma, que constituye uno de los mayores obstáculos para ingresar y adherirse al tratamiento, particularmente entre las mujeres.

Pedimos a la UE que inste a los Estados miembros de la ONU a tratar la drogodependencia desde la perspectiva de la salud pública y a reconocer estos servicios como esenciales y equipararlos con otros servicios de salud pública.

Necesidad de evaluar la magnitud del problema y proporcionar recursos suficientes

La pandemia de COVID ha subrayado la necesidad y la escasez en muchos países de una red amplia y disponible de servicios para las personas que consumen drogas. Para asegurar que el tratamiento de la drogodependencia no seguirá siendo inferior a las necesidades en un futuro próximo, es imperativo tener una idea clara de la magnitud del problema. Las autoridades públicas no solo deben tener en cuenta el perfil más problemático de los usuarios, sino que también deben ampliar el alcance de los programas de tratamiento y estimar con precisión las necesidades de tratamiento de las personas cuyos perfiles generalmente no se consideran. Una imagen más clara debería conducir a una mayor financiación de los presupuestos nacionales, lo que apoyaría la oferta de vacantes adicionales y ayudaría a reducir las listas de espera (que en algunos casos pueden llegar hasta los diez meses).

Durante esta década se han producido notables mejoras en el diseño de programas de tratamiento, que hoy en día son más completos e integran más aspectos psicosociales. Sin embargo, estos programas están escasamente financiados, lo que resulta en una implementación problemática.

Además, ante la crisis económica, los gobiernos se inclinan ahora a implementar servicios más económicos, aunque no siempre tan profesionalizados y con el mismo nivel de calidad. Los programas de tratamiento deben seguir basándose en criterios técnicos. Es necesario convencer a los tomadores de decisiones sobre la necesidad de implementar servicios de tratamiento de alta calidad (ambulatorios y residenciales) y de proporcionar los fondos necesarios para operarlos.

Instamos a la UE a pedir a los Estados miembros de la ONU que realicen evaluaciones realistas de la necesidad de tratamiento, teniendo en cuenta las necesidades de todos los perfiles de usuarios. Se deben asignar más fondos para la prestación de servicios de tratamiento, donde se debe priorizar la calidad del tratamiento.

Necesidad de fortalecer la lógica de la continuidad de la atención

Muchos servicios de tratamiento son prestados por grupos profesionales de la sociedad civil. Si bien existen diferencias notables entre países, las organizaciones que brindan estos servicios basados en la evidencia deben integrarse en el sistema de atención sanitaria de cada país con el objetivo de mejorar la calidad de los servicios. Esta es fundamental para garantizar la calidad permanente de los programas de tratamiento.

Los servicios de tratamiento deben ser una parte integral de la atención continua en cualquier sistema nacional de salud como parte de su misión de ayudar a las personas a mejorar su calidad de vida (con énfasis en la salud). En algunos países, la realidad es que determinadas modalidades de tratamiento, como las comunidades terapéuticas profesionalizadas, a veces son marginadas y subvaloradas. Esto tiene que cambiar.

Además, las intervenciones de tratamiento pueden preceder o continuar con otros procesos, incluidos los programas de reducción de daños y los servicios de reintegración, en un proceso continuo de atención. Por esto, es fundamental implementar un sistema coordinado de redes entre los diferentes recursos involucrados. Además, también es necesario coordinarse con otras partes involucradas (sistema de justicia, oficinas de empleo, servicios de vivienda y salud, servicios de apoyo a víctimas de abuso, violencia de género, etc.) para establecer una adecuada coordinación técnica con estas redes.

Aislar los servicios de reducción de daños y tratamiento de la drogodependencia entre sí es un enfoque artificial que en algunos casos puede ser contraproducente y que se deriva, en parte, del modelo de control del VIH implementado hace años. En realidad, las personas que consumen drogas necesitan una atención continua para controlar su estado de salud (incluido el control de enfermedades infecciosas), pero que se base en el respeto de su salud mental, su calidad de vida y sus derechos humanos. Todos estos aspectos son intrínsecos a cada individuo y deben estar interconectados. La división entre los servicios de reducción de daños y los servicios de tratamiento de drogas también se interpone en el camino de ofrecer un tratamiento eficaz de la drogodependencia. Al examinar ejemplos contundentes como los de los Países Bajos, podemos concluir que el tratamiento de los trastornos por uso de sustancias también incluye una continuidad de métodos, y los medios para controlar la drogodependencia y lograr la abstinencia pueden ocupar diferentes posiciones en esta continuidad. Las necesidades de cada individuo son diferentes, dependiendo de sus situaciones, niveles de consumo de sustancias y motivación. Si bien los servicios de reducción de daños se esfuerzan por mitigar los riesgos que surgen del consumo de drogas (incluida la transmisión del VIH y otras enfermedades), los objetivos de desintoxicación y rehabilitación suelen quedar fuera. Además, como a menudo se considera que los programas de tratamiento de drogas están orientados únicamente a la abstinencia, estos no están incluidos en el conjunto de medidas de reducción de daños de la Organización Mundial de la Salud [i].

Terapia de sustitución de opiáceos

Con respecto a la terapia de sustitución de opiáceos y otros tratamientos para la drogodependencia basados en pruebas, en las orientaciones de la ONUDD, ONUSIDA, OMS, INPUD [ii] y otros asociados se enfatiza que esta terapia puede conducir a una mejor salud y bienestar entre las personas que consumen drogas y enfatiza los siguientes cuatro principios:

  1. Retención en la terapia: El uso de drogas ilegales mientras se está en la terapia de sustitución de opiáceos (OST por sus siglas en inglés) nunca debe ser una razón para excluir a una persona del programa. Esto podría indicar la necesidad de un ajuste clínico del tratamiento. Sin embargo, la dosis del medicamento nunca debe ajustarse como recompensa o castigo.
  2. Seguridad: El programa OST debe garantizar la seguridad de las personas y del personal y los medicamentos deben guardarse en un lugar seguro en todo momento. Se debe brindar información clara a los clientes sobre las reglas y regulaciones dentro del centro.
  3. Apertura y flexibilidad: Las normas y regulaciones relativos a la entrada y la permanencia en la OST no deben ser demasiado exigentes para las personas. No se recomiendan tiempos de espera prolongados, horas de dispensación limitadas y pruebas de orina obligatorias. Ofrecer tratamiento el mismo día al registrarse es una buena práctica.
  4. Respeto: La atención de alta calidad que no es estigmatizante ni discriminatoria es la piedra angular de un tratamiento efectivo y de principios.

Recuperación

La recuperación (o conocido por el término recovery en inglés) es un concepto importante con respeto al tratamiento de la drogodependencia. Significa no solo reducir o eliminar el uso de los drogas, sino también convertirse en un miembro activo de la sociedad[iii]. Es importante fortalecer el «capital de recuperación» de cada persona, entendido como la suma de los recursos internos y externos que pueden ser utilizados para empezar y mantener la recuperación[iv]. El proceso de tratamiento permite a las personas recuperar y fortalecer sus diversas habilidades y capacidades que forman su «capital de recuperación» a muchos niveles. Las habilidades emocionales de cada persona son especialmente abordadas, además de su capital social, y el impacto de la recuperación en sus relaciones y grupos sociales. Por último, también se considera el capital de recuperación colectiva, incluyendo el impacto de la recuperación en el contexto social, especialmente la relación de coste – beneficio[v].

En los últimos diez años, varias investigaciones se han centrado en la relevancia de la recuperación (fundamentalmente, capital de recuperación y recuperación social) como base del tratamiento de los comportamientos adictivos. Sin embargo, estos estudios utilizan diseños de intervención general, sin considerar situaciones individuales y necesidades especiales. La evolución de los programas orientados a la recuperación hasta las intervenciones actuales ha sido heterogénea en modelo, técnicas y perspectivas[vi].

La pandemia de COVID ha dado como resultado un mayor desempleo, lo que dificultará aún más la reinserción social de las personas. Por lo tanto, las organizaciones de tratamiento deben rediseñar de manera diligente y metódica sus programas de reintegración para adaptarse a esta nueva realidad. Al mismo tiempo, se debe ejercer presión política para solicitar la aprobación de leyes que faciliten la reintegración de las personas al finalizar su tratamiento.

De hecho, las perspectivas de recuperación deben incluirse en los sistemas nacionales de salud. Es fundamental invertir en investigación que tenga en cuenta las particularidades de la drogodependencia y los factores esenciales de la recuperación y diseñar programas orientados a la recuperación para garantizar una mayor eficacia de los programas de tratamiento.

Instamos a la UE a que pida a los Estados miembros de la ONU que integren plenamente en los sistemas de atención de la salud de cada país, a las organizaciones que proporcionan tratamiento basado en evidencias.

La lógica de la continuidad de la atención entre los servicios relacionados con las drogas (servicios de prevención, reducción de daños y recuperación y reintegración) debe fortalecerse y coordinarse mejor con otros servicios sociales y de salud. Deben realizarse esfuerzos especiales para cerrar la brecha entre el tratamiento y los servicios de reducción de daños a fin de garantizar intervenciones más eficaces. Recomendamos pedir el respeto de los cuatro principios fundamentales en la provisión de la terapia de sustitución de opiáceos. Por último, pero no menos importante, recomendamos incluir la perspectiva de recuperación en el sistema nacional de salud y promover la investigación orientada a la recuperación.

Necesidad de tener en cuenta todos los perfiles de los usuarios

Existe una clara necesidad de avanzar en el diseño e implantación de programas de drogodependencia para todos los perfiles de usuarios. Por ejemplo, si bien los programas de tratamiento para consumidores adultos de opiáceos están más o menos garantizados en Europa, se ha avanzado poco en el diseño e implantación de programas para personas con diferentes perfiles de trastorno por uso de sustancias. Según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA por sus siglas en inglés), la complejidad del mercado de las drogas hace que sea cada vez más difícil abordar los diferentes patrones de uso, especialmente cuando el consumo de politoxicomanías se está convirtiendo en algo común, sobre todo entre la juventud [vii]. Esto debería reflejarse en las modalidades y programas de tratamiento.

Además, la disponibilidad de los programas ambulatorios ha aumentado significativamente en la última década, pero se ha dirigido a los mismos perfiles, es decir, consumidores de opiáceos, consumidores de cocaína o personas con patología dual, entre otros. Hay una falta de adaptación a los diferentes perfiles. Sin duda, se necesita mucha más investigación.

Deben investigarse, desarrollarse e implantarse programas de tratamiento dirigidos a una amplia gama de perfiles de usuarios, incluidos perfiles como:

  • La juventud y sus familias
  • Usuarios crónicos
  • Personas sin hogar
  • Población envejecida
  • Mujeres (incluidos servicios particulares para mujeres con hijos dependientes, mujeres que sufren violencia de género, etc.)
  • Comunidad LGBTQI +
  • Personas con discapacidades
  • Migrantes y refugiados

En el pasado, estos colectivos se habían dejado de lado porque no se les ofrecía ningún programa de tratamiento o porque habían abandonado debido a la inadecuación de los programas a sus realidades y necesidades.

Aspectos transversales del tratamiento

No es necesario decir que todos los programas deben estar basados en evidencias y deben poner a las personas en el centro de las intervenciones. Es fundamental involucrar a las personas en tratamiento en el diseño y la implementación del proceso. Si se quiere lograr una recuperación exitosa, es fundamental respetar la dignidad de cada persona como ser humano, y que éste no sea un receptor pasivo del tratamiento, sino un protagonista de su propio programa terapéutico.

Además, los programas de tratamiento deben incluir una perspectiva interseccional (teniendo en cuenta las diferencias de raza, género, orientación sexual, etc.) así como una perspectiva de género. Hay mucho trabajo por hacer para integrar la perspectiva de género en todas las áreas de los programas de tratamiento (independientemente de que sean mixtas o específicas de género). Es mucho menos probable que las mujeres ingresen o se adhieran a programas que no respetan o tienen en cuenta las necesidades de las mujeres. Las formas específicas de lograrlo pasan por actualizar el diseño de los programas, asegurar que las infraestructuras de tratamiento garanticen la seguridad y privacidad de las mujeres e implementar actividades terapéuticas que aborden eficazmente las necesidades basadas en el género[viii].

Otra perspectiva bastante innovadora es la perspectiva de los derechos de la infancia en los programas de tratamiento. En otras palabras, cómo los derechos de la infancia se ven afectados por la prestación de servicios relacionados con las drogas a sus padres y el papel fundamental que desempeñan en el proceso de recuperación y la aplicación de estos servicios.

Para esto es necesario que los equipos profesionales reciban formación sobre las perspectivas generales (intersecciones, género, derechos de la infancia, etc.) y sobre las especificidades de la intervención (salud mental, género, gerontología, etc.)

Además, existe una necesidad urgente de una mejor evaluación y seguimiento que se traduzca en la mejora continua de los programas de tratamiento. Los proveedores privados, generalmente menos vigilados que sus homólogos públicos, deben ser evaluados de manera similar.

Recomendamos que la UE pida una mayor investigación, diseño e implementación de programas de tratamiento con el objetivo de dirigirse a una amplia gama de perfiles de usuarios, en particular aquellos a los que no se les ha prestado mucha atención hasta el momento.

El tratamiento basado en evidencia y centrado en la persona, así como la participación de las personas en el tratamiento, deben ser la base primordial de los servicios de tratamiento. Además, las perspectivas intersectoriales, de género y de derechos de la infancia deben ser implementados de manera transversal por profesionales capacitados en el tratamiento. Para mejorar los servicios de tratamiento, la UE debe fomentar y pedir una mayor evaluación y seguimiento.

Garantizar el tratamiento en entornos penitenciarios

Como señaló el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, «alentar a los delincuentes con trastornos por uso de sustancias a que ingresen en tratamiento puede ser una alternativa idónea al encarcelamiento»[ix]. La OMS afirma además que los países deben afirmar y fortalecer el principio de proporcionar tratamiento, educación y rehabilitación como una alternativa a la condena y el castigo por delitos relacionados con las drogas[x]. Además, a la luz de la situación de la COVID, deberían incrementarse las medidas alternativas al encarcelamiento para reducir el hacinamiento y deberían invertirse más recursos para asegurar una mejor coordinación de la atención continua [xi].

En prisión, se deben respetar dos principios importantes. En primer lugar, la equivalencia del cuidado, que implica que los entornos penitenciarios deben ofrecer servicios básicos de prevención, tratamiento y reducción de daños que han demostrado su eficacia para mejorar el autocuidado y reducir la reincidencia. Sobre esa base, los países deben garantizar que los tratamientos basados en pruebas, incluidos los OST y otros tratamientos farmacológicos, se brinden en los entornos penitenciarios. Actualmente, solo cincuenta y cuatro países en todo el mundo proporcionan OST a personas con trastornos por uso de sustancias en prisión [xii].

En segundo lugar, la continuidad de la atención entre la comunidad y la prisión en el momento de la admisión y después de la puesta en libertad es clave para asegurar la efectividad de los programas de tratamiento de la drogadicción en las prisiones. La Orientación Técnica del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria establece que las personas dependientes de los opiáceos deben recibir apoyo al salir de la cárcel, ya que tienen un riesgo particularmente alto de contraer VIH y de una sobredosis en las semanas posteriores a su puesta en libertad. En preparación para su liberación, deben vincularse con organizaciones de la sociedad civil dirigidas por pares que puedan ofrecer apoyo a personas con antecedentes de consumo de drogas. Todos los presos, incluidas las personas que reciben OST y las personas con antecedentes de consumo de drogas inyectables, deben recibir información sobre el riesgo de sobredosis después de un período de reducción del consumo o de abstinencia de opiáceos [xiii].

Pedimos a la UE que promueva un tratamiento basado en evidencias y genuinamente voluntario en el marco de las alternativas al encarcelamiento, siempre que sea apropiado con arreglo a criterios médicos, y dispensado por personal profesional.

Además, la UE debe señalar la obligación de respetar el principio de equivalencia de la atención en las prisiones, pidiendo a los Estados miembros que garanticen tratamientos basados en pruebas, incluidos los OST y otros tratamientos farmacológicos en las prisiones. Además, debe garantizarse la continuidad de la atención después de la puesta en libertad para reducir el riesgo de sobredosis y aumentar la eficacia de los programas de tratamiento de la drogodependencia en las prisiones.

Lecciones aprendidas del COVID

La emergencia por COVID plantea un enorme desafío para la continuidad de los servicios de tratamiento, que tienen que aplicar nuevos protocolos de seguridad, tratamiento y admisión. El campo del tratamiento ha sido particularmente innovador. Como se señala en el Informe Europeo sobre Drogas del OEDT, las innovaciones incluyen la introducción de una mayor flexibilidad en la prescripción de tratamientos de sustitución y un mayor uso de la tecnología y e-medicina, entre otras cosas. La flexibilidad de la prescripción ha sido reconocida y acogida con beneplácito por las personas que utilizan los servicios[1] e incluso ha dado lugar a la solicitud de preservarla y ampliarla en el futuro[xiv]. Recomendamos que se supervisen y evalúen las repercusiones de esos cambios en la entrega del tratamiento y en las personas que utilizan esos servicios, y solicitamos que se proceda a modificar las modalidades de intervención en función de las evidencias. En cualquier caso, las directrices deben garantizar siempre la seguridad de las prescripciones que se llevan a casa para las personas con drogodependencia, evitar el almacenamiento inseguro de los medicamentos y, al mismo tiempo, prevenir las desviaciones.

Además, el acceso al tratamiento puede desempeñar un papel importante en la prevención del COVID. Un estudio reciente de Noruega muestra que las personas que consumen drogas que están en tratamiento son mucho más propensas a conocer los síntomas del COVID, y están más familiarizados con los servicios para la COVID-19[xv].

Hacemos un llamamiento a la UE para que promueva el seguimiento y la evaluación de las nuevas prácticas en el ámbito del tratamiento, tal como han surgido debido a la irrupción del COVID, y para que se comprometa a adaptar esas modalidades de intervención en función de las evidencias obtenidas.

Conclusiones

En general, el tratamiento no se considera una prioridad política en las agendas internacionales y nacionales. Y debería serlo. Como se señala en la Declaración Ministerial de 2019, los servicios de tratamiento no están a la altura de las expectativas y necesidades. Y satisfacer esas necesidades no significa únicamente proporcionar plazas vacantes en los programas de tratamiento, sino también adaptar esos programas a los perfiles específicos de las personas y responder a las nuevas tendencias con intervenciones basadas en evidencias. Los programas deberían mejorarse de manera continua y contar con profesionales capaces de trabajar con una amplia perspectiva de recuperación que conecten todos los servicios sociales y sanitarios, bajo la perspectiva general de la salud pública, con los servicios de tratamiento plenamente integrados en las redes nacionales de atención sanitaria. La investigación, la innovación, la financiación y la voluntad política resultarán decisivas para mejorar y fortalecer los servicios de tratamiento. El tratamiento debería figurar definitivamente en la agenda política.

Hacemos un llamamiento a la UE para que incluya los aspectos relacionados con el tratamiento en la agenda política de la UE e internacional sobre drogas.


 

El Foro de la Sociedad Civil sobre las Drogas (CSFD, por sus siglas en inglés) es un grupo de expertos de la Comisión Europea creado en 2007 en base al Libro Verde de la Comisión sobre el papel de la sociedad civil en la política de drogas de la UE. Su finalidad es ofrecer una amplia plataforma para un diálogo estructurado entre la Comisión y la sociedad civil europea que apoye la formulación y aplicación de políticas en materia de drogas mediante asesoramiento práctico. El CSFD está en consonancia con la Estrategia de la UE en materia de lucha contra la droga para el período 2013-2020 y el Plan de Acción sobre Drogas para el período 2017-2020, que requieren la participación y el compromiso activos y significativos de la sociedad civil en la elaboración y aplicación de políticas en materia de lucha contra la droga a nivel nacional, de la UE e internacional. Sus miembros comprenden 45 organizaciones de la sociedad civil de toda Europa y representan diversos ámbitos de la política en materia de drogas, así como diversas posturas dentro de esos ámbitos. A continuación figura la lista de miembros del CSFD para el período 2018-2020:

  1. ABD – Asociación Bienestar y Desarrollo
  2. AFEW International
  3. AIDES
  4. Ana Liffey Proyecto de Drogas
  5. APDES – Agência Piaget para o Desenvolvimento
  6. APH – Asociación Proyecto Hombre
  7. ARAS – Asociación Rumana contra el SIDA
  8. Citywide Drugs Crisis Compaign
  9. De Regenboog Groep
  10. Dianova International
  11. Diálogo sobre políticas de drogas de DIOGENIS
  12. EAPC – Asociación Europea de Cuidados Paliativos
  13. EATG – Grupo Europeo de Tratamiento de Sida
  14. ECAD – Red Europea de Ciudades por una Sociedad Libre de Drogas
  15. FESU – Foro Europeo para la Seguridad Urbana
  16. ENLACE
  17. EURAD
  18. EuroTC – Asociación Europea de Centros de Tratamiento para la Adicción a las Drogas
  19. EUSPR – Sociedad Europea para la Investigación en Prevención
  20. FAD – Fundación de Ayuda contra la Drogadicción
  21. Federation Addiction
  22. FEDITO BXL
  23. Forum Droghe
  24. FUNDACIÓN ATENEA
  25. GAT – Grupo de Ativistas em Tratamentos
  26. HRI – Reducción de Daños Internacional
  27. IDPC – Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas
  28. INPUD – Red Internacional de Personas que usan drogas
  29. IREFREA – Instituto Europeo de Estudios en Prevención
  30. MAT – Magyar Addiktológiai Társaság
  31. Médicos del Mundo España
  32. PARSEC Consortium
  33. Polish Drug Policy Network
  34. Prekursor Foundation for Social Policy
  35. Proslavi Oporavak
  36. Red de Reducción de Daños en Rumania
  37. Rights Reporter Foundation
  38. San Patrignano
  39. SANANIM
  40. SDF – Foro Escocés sobre Drogas
  41. UNAD – Universidad Nacional Abierta y a Distancia
  42. UTRIP
  43. WFAD – Federación Mundial contra las Drogas
  44. WOCAD
  45. YODA – Organizaciones Juveniles para la Acción sobre Drogas

 

Notas finales

[1] La ONG escocesa «We Are with You» realizó en agosto de 2020 una encuesta informativa entre sus usuarios y hubo una abrumadora respuesta de la gente de la OST sobre los beneficios de los nuevos acuerdos flexibles. El 70% no quería volver al viejo estilo de enfoque restrictivo del tratamiento de la dependencia de los opiáceos (ODT, por sus siglas en inglés).

[i] La red AFEW y las Fundaciones contra el SIDA del Este y el Oeste. Necesidades y lagunas en el tratamiento y la rehabilitación de los consumidores de drogas en determinados países de la CEEA. 2018. http://www.afew.org/wp- content/uploads/2018/06/Rehabilitation_AFEW-Report_ENG.pdf

[ii] Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés), Red Internacional de Personas que Usan Drogas, Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Fondo de Población de las Naciones Unidas, Organización Mundial de la Salud, Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Aplicación de programas integrales sobre el VIH y el VHC con personas que se inyectan drogas: orientación práctica para intervenciones de colaboración. Viena: UNODC; 2017.

[iii] Moos, R.H.; Finney, J.W. (2011). Comentario sobre Lopez-Quintero. Remisión y recaída – El Yin- Yang de los trastornos adictivos: Comentario. Adicción, 106, 670–671

[iv] Granfield, R.; Cloud, W. (2001). Contexto social y «Recuperación natural»: El papel del capital social en la resolución de los problemas asociados a las drogas. Uso indebido de sustancias, 36, 1543–1570.

[v] MacGregor, S. (2012). Recuperación de la adicción: Un movimiento para el cambio social y el crecimiento personal en el Reino Unido, por David Best, Brighton. Drugs Educ. Anterior. Política, 19, 351–352.

[vi] Molina, A., Saiz, J., Gil, F., Cuenca, M. L., & Goldsby, T. (2020). Intervención psicosocial en los Programas europeos de recuperación de conductas adictivas: Un estudio cualitativo. Atención sanitaria, 8(3), 268. MDPI AG. Obtenido de http://dx.doi.org/10.3390/healthcare8030268.

[vii] Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías. Informe europeo sobre las drogas 2020 – Cuestiones clave. https://www.emcdda.europa.eu/system/files/publications/13238/TD0420439ENN.pdf

[viii] Hansen, G. (2018). La perspectiva de género en los programas y servicios de drogodependencia. Revista Infonova (35) 35-49.

[ix] Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, Respuestas sanitarias y sociales a los problemas relacionados con las drogas. 2017. https://www.emcdda.europa.eu/system/files/publications/6343/TI_PUBPDF_TD0117699ENN_PDFWEB_20171009153649.pdf

[x] Organización Mundial de la Salud. Directrices unificadassobre la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la atención del VIH para poblaciones clave. Actualización de 2016. Julio de 2016. https://www.who.int/hiv/pub/guidelines/keypopulations-2016/en/

[xi] Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas. Medidas sostenibles para prevenir y abordar el COVID-19 en las prisiones europeas. Junio 2020

[xii] Estado mundial de la reducción de daños: actualizaciones de 2019. Reducción de Daños Internacional. https://www.hri.global/global-state-of-harm-reduction-2019

[xiii] El Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, Informe Técnico: Abordar el VIH y la tuberculosis en las prisiones, en la prisión preventiva y otros lugares cerrados; junio de 2017, Ginebra

[xiv] La Red Polaca de Política sobre Drogas aboga en el parlamento por el tratamiento de la adicción a los opiáceos mediante la sustitución con receta médica. 1 de octubre de 2020. http://www.politykanarkotykowa.pl/english/polish- drug-policy-network-advocates-in-the-parliament-for-opioid-addiction-treatment-with-prescription- based-substitution/

[xv] Dependencia de las Drogas y el Alcohol. Encuesta COVID-19 entre los consumidores de drogas en tres ciudades de Noruega. Publicado el 18 de septiembre de 2020. https://www.xmol.com/paper/1307737129743519744?recommendPaper=1255936330455474176